El verano llega a su fin y nuestro ánimo es consciente de ello. La naturaleza nos da pistas. Poco a poco los días se acortan y una mañana en un día concreto, quizá hoy, tal vez mañana, la luz de septiembre entra en escena antes de tiempo. La bruma del calor sofocante que emborronaba los paisajes deja paso a un ambiente limpio y fresco. Se percibe también en las montañas, perfectamente perfiladas en el horizonte, y el azul del mar muestra matices más profundos. Pero también hay otros indicios. Uno significativo y muy romántico es que ha empezado la Liga. Cuando el fútbol llega despídete de la parentela, salvo que te ubiques con ella en la Grada Familiar de Mestalla a comer un bocadillo de una franquicia conocida que ha empezado a operar en el campo. Si no es así, el bocata te lo comes con los colegas, quizá con tu pareja, o puede que en ese oxímoron llamado soledad compartida en la que participáis varios como tú, con los que te sientas una vez cada quince días inexorablemente. La semana que viene te reencontrarás con ellos y bastará alzar una ceja para consideraros puestos al día y continuar compartiendo ese partido eterno que veis juntos desde hace lustros, el que juega tu equipo en la historia, jornada tras jornada.

Primera en el pómulo

¡Pero vaya veranito! La gente celebró en tromba el éxito de una operación mercantil. A ver, eso chachi, chachi, no es. La gente tiene que festejar que ha ganado una Liga, una Copa, una eliminatoria, un partido clave, una camiseta, un pin. Pero estaba el tema tan colapsado que hubo manifestaciones y, de algún modo, logramos inclinar la balanza, o eso queremos creer, a favor del cierre de la operación. Luego, el Naranja, que es como quedar los amigos a hacerse la paellita o unes chulles. En las brasas pusimos al AC Milan y nos lo cenamos con alegría y festejo. Y antes de ayer, primer día de curso contra el Sevilla, un gol en el clímax final dejó intactos moral y honor. Ese gol, más que Orban con el pecho, lo metimos todos apretando la mente y el culo. Hay que reconocer que los andaluces nos tienen pillado el puntito mejor que al salmorejo. De Paul batió un récord, el de salir en todos los telediarios del mundo. ¡Pero hay que entenderlo! Fue sólo ansia. En Argentina esa manita hacia atrás es una finta, una caricia, pero claro, aquí hemos hecho del fútbol el hermano fofo del rugby. A este paso va a ser falta pensar en hacer falta.

Perspectivas

Sacarán lo de De Paul cien veces en la tele pero lo que es el resumen del partido, no será tan fácil verlo. De nosotros está de moda hablar para mal, pero de fútbol rien de rien. Y mira, aunque al principio me tocaba el nas no ser noticia en medios nacionales, ahora empiezo a pensar que es muy interesante ir de tapados. ¡Que se distraigan con la oratoria exquisita de Ancelotti y sus quebraderos con Di Maria! ¡Que se emocionen con Simeone y sus espartanos! ¡Que analicen con rigor la caída del imperio culé! Sensacional. Nosotros, mientras, estamos aquí, a la chita callando, como los romanos tras haber sido machacados por Aníbal en la Segunda Guerra Púnica, reforzándonos como hormigas para acabar arrasando Cartago. La vamos a liar. No sé cuál, pero la liaremos. Ahora viene el momento de observar, a priori tranquilos, desde la barrera. Dicho lo cual, y aunque llevamos pocos días y esto acaba de empezar€ no sé, llámame pegas, pero creo que nos hemos ´pasao´ con los fichajes. Qué quieres que te diga, a mí el exceso me produce inseguridad. ¡Hay más estampitas que un domingo en la Plaza Redonda!

Limpieza

Yo sé que era necesario hacer una ´limpia´, que teníamos jugadores que ni fu ni fa, pero llevo un pitote gordo. O sea, imaginemos un once que ahora parece una locura pero puede ser posible. Portero: Yoel (Celta). Defensas: Cancelo (Benfica), Mustafi (Sampdoria), Orban (Girondins), Otamendi (Porto/At. Mineiro). Centrocampistas: De Paul (Racing Avellaneda), André Gomes (Benfica), Carles Gil (Elche tras cesión), Robert (Mestalla), Zuculini (M. City). Delantero: Rodrigo (Benfica). ¡Y falta Enzo Pérez, y Nuno también pide un delantero! ¿Que en general las nuevas caras mejoran lo que había? Pozzi. Pero, hay decisiones de corbata que se las traen. Por ejemplo, el cambio de Joao por Joao. Bienvenido Cancelo, pero Pereira ha cumplido con creces, y si no se quiere ir es porque siente los colores. En estos tiempos, eso es oro. Insisto: los grandes equipos se forjaron con una columna vertebral inalterable a lo largo de un lustro. Apostemos por un grupo, pero démosle un margen. Los niños necesitan héroes. Algunos chavales aún hablan de Soldado. Los mayores de Villa. Pero de cantera no habla nadie. Ojo, que el cuento está cambiando y este no nos lo sabemos.