No somos grandes... pero cierto sector del valencianismo se siente grande. Error mayúsculo. Primero, y obvio, porque aunque venga el tío Peter Lim -cuando venga- seguiremos teniendo que hacer frente a una deuda gigantesca... de otra manera, sí, pero la deuda está ahí y esa corre a cargo del Valencia. Y segundo -insisto que hablo de un pequeño sector del valencianismo... la mayoría sabe donde estamos- el sentirte o creerte grande no te da derecho a actuar como nuevo rico falto de modales. La grandeza, amigos míos, se mide en los pequeños detalles. Y por ahí tenemos que empezar a cambiar algo.

El Señorío

La palabra ´señorío´ suena a añeja, de otra época, pasada de moda y con un toque machista del todo improcedente. Pero si hablo de señorío es porque no he encontrado una palabra más moderna para definir lo que les quiero transmitir. Señorío, tal como yo lo entiendo, es ser justo y cabal, recto y poco arrogante, respetuoso y generoso a la vez. Si tienes señorío sabes estar a las buenas sin necesidad de hacerte el chulito o el fardón. Y si tienes señorío sabes ´jugar´ en noble lid cuando las cosas te van mal. En resumen, si tienes señorío, el señorío del que hablaban nuestros abuelos, eres un hombre de bien... o una mujer de bien, que lo de señorío también ha sabido evolucionar.

La carencia del Madrid

El Madrid. Farda de señorío y sin embargo carece de la ética más elemental. No todo el madridismo es cicatero...decir eso sería injusto para muchos madridistas que conozco que son personas estupendas y muy lejos de faltar al respeto a sus rivales de la liga. Pero sí, existe un madridismo que se siente por encima del bien y del mal, que arrasa con todo a su paso sin respetar a nada ni a nadie y que transforma a ese club de la capital en uno de los más odiados de todo el fútbol español... o posiblemente el que más odio genera.

El día de Negredo

Ahora regreso al Valencia. A la presentación de Negredo. Regreso a lo que debería haber sido una enorme fiesta de explosión valencianista pero que -queramos o no- dejó una imagen de la afición del Valencia muy poco acorde con la realidad...pero tristemente real cuando Negredo se vistió de corto en Mestalla. Miren, el ´puta Sevilla´ o el ´bésate el escudo´ es algo que sí que me puedo esperar que suceda en el Bernabéu...pero nunca en un estadio comoMestalla. El martes, se mire como se mire y aunque ciertamente fuera una minoría, exportamos una imagen de nuevo rico que está muy lejos de la grandeza de nuestro Valencia CF. La grandeza de verdad, la auténtica, se muestra en los pequeños detalles...y esos pequeños detalles mancharon nuestro escudo de una forma grotesca. Pero todavía estamos a tiempo de corregirlo. Sepamos quienes somos y de donde venimos. Y no hagamos al prójimo lo que nos molesta que nos hagan a nosotros. Así de simple es.