Qué alegría, qué alboroto! Estamos abonados al 3-0 a favor, y nadie hubiéramos pensado que esta historia pudiera empezar tan bien. El Valencia CF es un súper equipo, sí, no hay mejor definición que la dada por Mustafi. Pero no sólo por la forma de jugar y ganar, no sólo por este año, sino por la forma de renacer de las cenizas, como el (Río) Ave Fénix, una y otra temporada, con excepción de la pasada, en la que ni siquiera competíamos. En menos de una semana pasamos por Getafe y recibimos al Córdoba y el equipo fue un rodillo, los machacamos con toque, clase, gol y paciencia. Especialmente estético fue el gol de André Gomes en Getafe, ese que Rodrigo empezó con un control de Play Station y entregó para que André y Alcácer hicieran tiqui-taca y gol. No hay mejor eslogan publicitario que un murciélago y un trending topic: «Hemos vuelto».

El sereno

Si bien todos los jugadores son destacables, hay que hacer mención expresa a un jugador que, fuera de la terreta, no sonaba tanto hasta hace dos días. Paco Alcácer ha heredado galones y se ha convertido en el proveedor de goles, lleva cuatro jornadas seguidas marcando y lo hace de variopintas maneras. Rompe todos los pronósticos y nadie conoce su techo. Aparece ahí, en el campo, dejándose los bemoles y sudando tinta china para conseguir su objetivo. Nadie le regala nada pero está imparable. Tiene llaves para todos los cerrojos, como el sereno de antaño, al que llamabas cuando llegabas ´trompa´ a casa y habías perdido las llaves del portal bajo el balcón de alguna dama durante una ronda. Pero, además, el sereno encendía las farolas, y eso hace precisamente Paco: no sólo es que marque goles, es que contra Málaga, Getafe y Córdoba ha anotado el que da la vida: el primero. Ese dato, amigos, es el más importante.

El cisne

Por su parte, André camina sobre el césped con una clase y talento naturales impropios de un imberbe de su edad. Estéticamente tiene cosas de Laudrup -permítanme la comparativa, aunque pueda sonar extravagante o pretencioso- aunque, por supuesto, aún le queda todo por hacer. Pero ahora mismo navega en el centro del campo como un cisne blanquinegro entre los patos de Viveros, y cuando la pelota está en su poder el espectador entorna la mirada para no perder detalle. Queda por concretar su pertenencia plena al equipo del murciélago, dada su condición de cedido, ahora que la FIFA quiere vetar los fondos de inversión. Este chico vale y sabemos lo que nos podemos perder. En las relaciones sentimentales no hay nada peor. Así que a ver si aceleramos los trámites, porque aves como André, por aquí, caen pocas.

El jóker

Hay mucha gente que empieza a estar agobiada por ver cómo va a encajar la pieza de Negredo ahora que está recuperado. Cuando las cosas van bien, ¿mejor tocarlo o mejor no ´meneallo´? ¿Podemos permitirnos el lujo de tener a un roble como Negredo en el banquillo? Su carisma hace difícil que esté sentadito y tranquilo durante más de dos o tres partidos. Pero claro, cuando la marcha del equipo es la de un reloj suizo, pocas posibilidades hay, si se pretende ser ecuánime con los que hasta ahora están sudando. No nos pongamos nerviosos. Es difícil que aguanten todos a tope, sin molestias, el ritmo, así que yo soy partidario de que se recupere bien y entre poco a poco, sin presiones. Eso sí, en cuanto haya hueco, hay que moverlo en la baraja como un comodín. Porque ese chico es oro puro y es una goal machine.

El murciélago

Es inevitable personalizar acciones en un deporte colectivo, y aún es más injusto en un grupo como el Valencia CF, y sin embargo solemos otorgar el rol de murciélago a un jugador con carisma, clase, calidad y de la casa, a ser posible. Pues bien, este año creo que el murciélago somos todos los aficionados. Yo, qué quieren que les diga, desde los tiempo de Benítez no recordaba algo así. Imagino que vamos a tener altibajos, que esta racha no se puede mantener, que no sabemos hasta dónde llegará el fondo de armario, que contra los grandes va a ser muy, muy difícil ganar porque vamos a encontrar trabas y al mínimo descuido nos pueden empotrar. Pero que nos quiten lo bailao, que se anden con cuidao, que hoy por hoy, en este día y a esta hora, somos nosotros los que estamos cortando el bacalao. Y mira, puestos a hablar de bacalao, el mejor se come en el País Vasco. La mejor época para jugar allí. Como mucho caerá txirimiri, pero frío no vamos a pasar. Es buen día para irnos de pintxos a Donosti. Te lo digo yo.