Por ahí van los tiros. La intención popular, y por popular olvídense de Real Madrid y Barcelona, es que en todos los campos de España -menos Bernabéu y Nou Camp- allá cuando el marcador marque el minuto 12 de partido, la gente se ponga de pie y en un coro indisoluble entonen todos al unísono la siguiente coletilla: «Tebas vete ya», lo que traducido al lenguaje de las redes sociales y de twitter podría quedar así: #TebasVeteYa.

Intolerable

El asunto va mucho más allá que el follón por el reparto de los derechos de televisión. El personal anda mosqueado por los horarios de los partidos, por la caza de brujas a las aficiones locales sin saber distinguir entre animación y violencia, pero fundamentalmente por el trato absolutamente preferencial que el tal Javier Tebas está dispensando a un par de clubs -los más poderosos- respecto al resto.

En las redes

La iniciativa, los del #TebasVeteYa en el minuto 12 de cualquier partido, ha visto la luz en las redes sociales y por lo tanto tiene mucho de lucha de una masa indignada...pero la mayoría de las veces abandonada a su suerte por el propio club que estos defienden sin descanso. Lo que quiero decir es que la cuestión es si este #TebasVeteYa es un canto a la ingenuidad más absoluta o tiene algo de predicamento, o sea, si puede influir en algo para variar la hoja de ruta de la Liga de Fútbol que preside el ínclito sujeto.

No me lo creo

¿Y saben lo que me pasa? Pues que sí, que yo me sumo a título individual al movimiento Minuto 12, pero dudo mucho que los queridos presidentes de la mayoría de los clubes de primera y segunda respalden sin fisuras un cambio en la forma de gestionar de Javierito Tebas. Es más, me atrevería a decir que serán muy pocos los que se van a sumar a la causa. Por una razón o por otra los presidentes de primera y segunda división están la mayoría cogidos por los pelos por el que, en la teoría, es su empleado estelar. ¿Empleado estelar? Pues sí, Javier Tebas, el del Minuto 12, el del tuitero #TebasVeteYa, al fin y al cabo no deja de ser un alto ejecutivo nombrado por los propios clubs. Así la cosa, me quedo a la espera de ver como se suceden los acontecimientos...Y me quedo con la convicción de que estos acontecimientos no van a tener la repercusión social que se intuye en las redes. Ójala me equivoque.