Ya sé que te vas a colgar la medallita que el especialista en series eres tú y que ‘Expediente X’ era una de tus favoritas. Pues bien, tenla muy presente. Ten presente aquel poster que tenía el agente Fox Mulder colgado en la pared de su cuarto ‘I want to believe’, o sea «Quiero creer», porque a mi me pasa lo mismo. Dicho de otro modo creo que hay posibilidades, pero no te voy a mentir. Tengo dudas.

Comencemos desde lo positivo. Primero y principal, ya no está Nuno. Eso se pudo comprobar el sábado. El estado anímico ha cambiado y es diametralmente opuesto. El espaldarazo que supone un empate como el del sábado levanta la moral de cualquier tropa.

Segundo porque es el estreno de Gary Neville en el banquillo. No hace falta recordar el efecto que produce en una plantilla un nuevo técnico en el banquillo. Es cierto que no es garantía de nada, pero es innegable que en el primer día oficial del nuevo jefe no te puedes permitir levantar la más mínima duda.

Tercero porque recuperas efectivos. Vuelve Cancelo —aunque pierdes a Vezo sancionado tras la expulsión en San Petesburgo— y además recuperas a tu mejor hombre en defensa. La vuelta de Mustafi es una extraordinaria noticia. La convocatoria de Negredo la fuerzan más las ganas que su auténtico estado, pero ‘tota pedra fa paret’.

Cuarto, porque pese a todo sigues siendo mejor equipo que un Olympique de Lyón que además no se juega nada.

Y quinto porque te sirven dos de las tres posibilidades en el otro encuentro. O sea el empate y la victoria del Zénit. Y sin embargo...

No te voy a engañar. Ya sé que me vas a llamar cenizo y todo eso, pero tengo dudas. El hecho de no depender únicamente de ti mismo me pone de los nervios. Nuno empastró demasiado el camino y ahora estás en manos de un Zénit que tampoco se juega nada. Y si pensamos que por ese mismo motivo el Lyón no va a poner toda la carne en el asador, pensar que los rusos puedan hacer lo mismo ante el Gent, cuando además se han dejado a Hulk en casa, me tiene más preocupado que Luke Skywalker en el día del padre.

Así que me molaría mucho otra noche de esas tremendas en las que Mestalla se agiganta y se come al rival. Otra jornada europea que acabe en éxtasis, que nos dejemos esta noche la garganta y los pulmones en la radio contando el pase a octavos, que todo acabe como merece el aficionado y sería deseable en el día del estreno del nuevo entrenador. Pero a mí, lo de no tenerlo en tu mano me genera dudas. Aún así, ‘I want to believe’, «quiero creer...».

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