No debe andar muy lejos la primera victoria en la Liga de Neville (al menos eso espero), y por aquello de la moral de la tropa sería conveniente que llegara hoy. De esa manera el equipo encadenaría dos triunfos seguidos —la temporada ha ido mutando hasta el punto en tener que conformarnos con esto— y comenzaría a solidificar, al menos, el aspecto mental del grupo. Ganar jugando aceptablemente bien —no olvidemos que enfrente no estaba el Ajax del 74— alrededor de 65 minutos, y poder sumarle hoy tres puntos de una tacada podría ver cómo se incrementa la cohesión de un colectivo al que entre otras muchas cosas le pesa el fútbol competitivo.

Eso sí, demasiado dependiente el equipo de Enzo Pérez. Mientras el argentino tuvo gasolina y se echó al equipo a la espalda hay que decir que la cosa funcionó. Tanto como se descosió el Valencia cuando el ‘guerrero’ de Maipú se quedó sin fuerza. Ahí se diluyó el Valencia y fue el equipo timorato y sin recursos que venimos viendo en buena parte de la temporada.

Que Enzo emergiera como lo hizo es una excelente noticia, que el equipo se cayerá sin él, es un peligro terriblemente alarmante.

Parece que desde la llegada de Neville al equipo (no me voy a poner a contar las semanas, que luego a cada uno se sale un tiempo distinto) ya ha comenzado a interiorizar que las promesas se hacen ante la Virgen, pero que para jugar en la liga española hacen falta realidades. Tipos con la mili hecha y con bagaje. O sea, que lo que vino este verano —excepción hecha de Ryan— aportan lo mismo al equipo que quien suscribe a un anuncio de champú.

La idea de a qué juega este equipo sigo sin tenerla clara ni definida. Y a tenor de los nombres de entrenadores que circulan ya en los mentideros balompédicos de cara a la temporada próxima —uno español y otro que está en la Premier— parece que a los que han de tomar las decisiones les pasa exactamente lo mismo.

Así que hoy, amb la paella en la gola, iremos a Mestalla a ver si disfrutamos de una victoria, que Neville dice que la afición se lo merece. Hombre, sí, pero sobre todo lo necesita el casillero de puntos del equipo.

PD (absolutamente seria): señor Tebas, le invito a mi casa a comer. Pero un día de los de partido a las cuatro de la tarde, para que sepa usted lo que es ir de culo amb bunyol d’or i fulles de llorer. La tontá de los horarios premium y el negocio de vaciar los estadios para llenar los sofás de las casas de abonados a los canales de pago que tienen los derechos de la Liga es una temeridad. Y aunque los clubes digan —nunca públicamente porque está mal visto— que los socios sólo suponen entre un 10 y un 15% del presupuesto total, si me seccionan la cabeza a la altura del cuello, habré perdido un 10 o un 15% de mi cuerpo. Pero estaré muerto. Que no lo olviden los dirigentes...

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