Hoy es un día rarete. De entrada, cuando sales a la calle, te cruzas con una tipa vestida impecablemente de valenciana y con otra intentando hablar por teléfono mientras el ruido de unos masclets cercanos le impiden cualquier tipo de audición. Estamos en Fallas, en días de fiesta y alegría, y hoy se cuela en nuestras vidas uno de los partidos más importantes que va a disputar el Valencia en los últimos años. Hay mascletà al mediodía, cierto, pero la mascletà más brutal la vamos a vivir a partir de los siete de la tarde en el viejo coliseo de Mestalla. La visita del Athletic y su gol de ventaja tiene mosca al valencianismo. No por eso, no por el resultado y el gol de ventaja. Al valencianismo le tiene mosca la falta de confianza en su equipo y las dudas que le genera este partido.

Yo estoy igual

Hablo por la radio, por la 97.7, y les aseguro que intento ser lo más práctico posible y lo más valencianista posible. Pero les juro que me cuesta. Me cuesta creer en este Valencia y me cuesta creer que este Valencia que tanto nos está haciendo sufrir sea capaz de voltear el marcador al equipo bien organizado que ha creado el exvalencianista Valverde. Es un partido no más, noventa minutos e indudablemente puede pasar de todo. La ventaja del cuadro vasco es tan exigüa, tan poca cosa, que incluso un gol de rebotito puede poner al Valencia en la senda de los cuartos de final de la Europa League. Y así las cosas, con esa desventaja tan pequeña, yo veo al valencianismo despistado, con cierta amargura, mosqueado con todo pero sin decirlo... Mosqueado con su equipo y con los amos de su equipo de manera pública y notoria.

Todo es posible

Me doy un pequeño tirón de orejas. Tengo que creer o pensar que sí, que me lo creo. Me tengo que repetir que yo sí creo en este Valencia para coger fuerzas. Y sí, la verdad, en noventa minutos te lo juegas todo y realmente puede pasar de todo. ¿Que el Athletic es el favorito? Pues eso sí, no cabe duda. Es obvio que el equipo de Valverde está bien y sabe lo que hace. ¿Y el Valencia? Pues miren, de entrada, jugando con un equipo con bastantes suplentes yo no tengo ni idea de la disposición de estos jugadores. Ahora bien, en cuanto empiece el partido sí que tendré claro si voy a ver a ese Valencia tortuoso que suelo ver paseando sin fundamento por la Liga o si me espera un Valencia bronco y copero, como lo ha sido siempre, luchando por todo aunque no tengas una base cierta para hacerlo.

Estoy convencido

Vale, sí, mientras he ido escribiendo he aprovechado para pegarme un pequeño tirón de orejas y para creer —de alguna forma— en las posibilidades que tienen los de Neville de seguir adelante. Y vale, sí, me lo creo, y esta tarde iré al viejo y renovado coliseo de Mestalla con toda la ilusión del mundo para seguir soñando con una inmensa trayectoria en la Uefita que nos permita no tirar ya en el mes de marzo todas las ilusiones por la borda. Insisto, el equipo está regular por no decir mal. Es cierto también que algunos jugadores de postín estilo Alcácer van a seguir en el banquillo al menos de entrada. Son ciertas muchas cosas pero espero, antes de que este Valencia empiece a dar miedo de verdad, que todo el mundo cumpla con lo que le pide su afición y que conviertan el partido de esta tarde en pleno proceso fallero en una auténtica fiesta. ¿Opciones? Existen, no lo duden. El fútbol es tan caprichoso que es capaz de darnos hoy una tremenda alegría. Que así sea... por el bienestar de todos.

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