En Inglaterra -sí, el Daily Star, a priori un medio poco creíble- ya hablan de años de contrato y de exigencias de Manuel Pellegrini para firmar por el Valencia a partir del 30 de junio. No es un técnico que me haga especial ilusión. En contra de la opinión generalizada entre la afición valencianista, que eligió el chileno como entrenador favorito en la encuesta publicada por este periódico hace una semana, Pellegrini no me gusta. Lo veo demasiado tristón. Es cierto que le sacó mucho rendimiento al Villarreal y al Málaga y que una cosa es la imagen que proyecta públicamente y otra bien distinta su influencia en el vestuario y su capacidad para transmitir ideas a los futbolistas. Pero ahora mismo el Valencia necesita un entrenador que sea líder -estaba bien tirada esa idea de la presidenta Layhoon días antes de que lamentablemente llegara Neville-, y Pellegrini es más bien un técnico gris. Me cuentan que su llegada a Valencia es improbable, por no decir imposible. La prioridad del chileno es seguir en la Premier League. Él se lo perdería.

¿Y Fran Villalba?

El fútbol es tan difícil... Un nano que lleva toda la vida en el Valencia CF, soñando con jugar en el primer equipo, y resulta que llega un técnico inglés amigo del propietario, se encapricha con él y lo hace debutar. Y cuando todo parecía que estaba ya encaminado a convertirse en jugador profesional, el inglés se ´olvida´ de él y lo devuelve al equipo juvenil. El caso Fran Villalba es para llevarse las manos a la cabeza. Afortunadamente, el chaval tiene la cabeza amueblada y está bien rodeado, porque lo que le ha pasado es para trastornarse. Y todo este discurso que estoy soltando sobre la joya del Cabanyal viene a cuento por el posible fichaje de Halilovic. Se me ocurrió preguntar a los espectadores del Súper Murciélago por el croata y un elevado número de tuits que llegaron a Levante TV nombraban a Fran Villalba como víctima de la llegada de Halilovic al Valencia. Y quizá tengan razón. Son jugadores de perfil similar, menudos, desequilibrantes y ofensivos. Tendría narices, por ser suave, que traigamos a uno del Barça para foguearse y tapemos la progresión a nuestro crack. El Valencia debe decidir qué hace con Villalba. Si lo promociona ya este verano al primer equipo o lo cede a un equipo para emular la experiencia de Silva y compañía. A mi me ilusiona más la primera opción.

Aperitivo del dinarot

Me parece una gran idea abrir las puertas hoy de la ciudad deportiva a los aficionados. Subsana en parte el error de silenciar las voces del vestuario que la afición merecía escuchar esta semana. Porque, en mi opinión, esta era una semana para que los jugadores dieran la cara. El equipo había protagonizado una segunda parte vergonzosa en Gran Canaria que dejó a los aficionados muy tocados anímicamente. El fantasma del descenso ha sobrevolado, o sobrevuela, la mente de los seguidores desde el sábado y habría sido oportuno que los jugadores referentes para la afición -Alcácer, Gayá, Mustafi o Diego Alves- dieran las explicaciones oportunas y lanzaran sus llamamientos para una nueva final el domingo. Pero, como digo, esta estrategia no se ha llevado a cabo pero sí la de abrir el Antonio Puchades para que hoy la afición aliente a sus jugadores. Es el aperitivo de lo que se vivirá en Mestalla el domingo. Un ambiente excepcional para pegarse un bon dinarot a costa del Sevilla. Esperemos que a eso de las seis de la tarde, todo acabe con café, copa y puro. Será buena señal.

A Sosó

Quiero acabar este Sempere Vete Ya con unas palabras dirigidas a Feghouli. Sophiane, ¿de qué vas? Vale que no hayas querido renovar con el Valencia. Vale que le hayas puesto los cuernos a este club como ya hiciste con el Grenoble para venir hace años. Pero que vayas caminando por el campo es inadmisible. No, nene, no. Esto es el Valencia y estamos con el agua al cuello. No podemos consentir esa falta de implicación y pasotismo cuando aquí se te ha mimado y consentido, se te ha hecho futbolista y se te han perdonado ya indisciplinas más graves, por cierto, que la que has cometido esta semana. Porque irte a París en tu día libre ya me parece una irresponsabilidad. Más que nada porque lo que te pasó con los vuelos es algo común y habitual y conlleva ausentarte de un entrenamiento. Y no es moco de pavo. Y más con la que tenemos liada. Así que Soso, ya que Pako parece que confía en ti, ponte las pilas. Nos queda un mes y medio de aguantarnos. Y después, carretera (o vuelo) y manta. Y tápate con ella.

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