También me parece algo baladí recordarte un vez más lo que tú ya sabes. Básicamente porque ya lo has demostrado una vez tras otra durante noventa y siete años de historia. Es más, lo has demostrado de una manera más palpable en las malas que en las buenas (que es para lo que quiero yo a los míos). Hoy toca dejarse la paella a medias y aguantar el ‘caloret’ que va a caer a las cuatro para estar al lado del equipo por lo que se juega el Valencia CF. No se lo juegan los futbolistas, no se lo juega Ayestaran, no se lo juega Peter Lim. Se lo juega el Valencia CF.

Y se lo juega porque cuando me refiero al Valencia CF, me refiero a ti que me lees. Porque eres tú el que lo sufre y el que lo disfruta. Ya sólo por eso cabe aparcar el rosario de errores cometidos en esta temporada en todas las áreas del club y empujar para salir lo más rápidamente de esta pesadilla.

Miento si te digo que me gusta el once que probó Pako Ayestaran el jueves en Paterna, pero hay que darle el beneficio de la duda al entrenador. Tampoco me gustó de partida el equipo inicial que jugó la vuelta de la Europa League ante el Athletic de Bilbao pero jugaron bien y estuvieron a punto de conseguir la clasificación.

Y también hay que recordar que no se puede desviar el objetivo. Que todas las fuerzas deben ir enfocadas a animar a los de blanco y negro. Que aún sabiendo la animadversión que genera en la grada la figura del entrenador del Sevilla, no se pierdan fuerzas en otra cosa que no sea animar a los futbolistas. Que el ambiente sea el propicio para llevar en volandas al equipo y darle aliento.

Pako Ayestaran ha insistido desde el jueves en asegurar que hay «brotes verdes» y esperamos que así sea. Aunque un servidor se quedó muy despagado al comprobar cómo tras el 2-1 marcado por Las Palmas hubo futbolistas que más allá de la falta de fútbol iban al trote. O eso cambia ya, o las vamos a pasar canutas. La actitud es fundamental para poder sumar un triunfo ante un rival como el Sevilla.

Precisamente los andaluces ofrecen lo que este año no tiene el Valencia: intensidad y regularidad. Aunque su talón de Aquiles es precisamente los partidos fuera del Sánchez Pizjuán, vienen de ganar fuera en Europa League ante el Athlétic de Bilbao.

Toca apretar y mucho. Aunque más que decírtelo a ti, que sé que lo vas a hacer, hay que martillearle esta idea a todos y cada uno de los futbolistas. Que retumbe en su cabeza a cada segundo del partido de hoy la letra del cántico de la Curva Nord, que dice «no me falles Valencia, yo nunca te he fallado».

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