Paso página. Me olvido de los fichajes y de los nombres de esos posibles futuribles para el Valencia. Me centro en el presente y este me indica que dentro de tres días —el domingo— tenemos un partidazo contra un clásico de la liga española. El Sporting de Abelardo —un técnico con un pasado espectacular y con un presente que merece ser estudiado— es un conjunto compacto sin grandes figuras pero capaz de mantener un ritmo alto durante todo el partido. Y es contra ese equipo, un Sporting en fase creciente, cuando toca demostrar que el Valencia de Prandelli empieza a ser también un equipo en fase creciente. Así las cosas dejemos lo de los fichajes para más adelante.

Estilo diferente

Y sí, contra el Sporting yo lo que quiero ver por encima de cualquier cosa es un Valencia diferente. Quiero ver a todas sus lineas más o menos juntas y me hace una ilusión tremenda el debut de Prandelli. Vale, sí, un debut es un debut y no hay que exigir demasiadas cosas. Pero yo busco ese estilo diferente que comience a enseñar un camino nuevo al Valencia. Quiero una forma de jugar al fútbol razonable y moderna. Y quiero fundamentalmente que un equipo como este Valencia empiece a ser medianamente reconocible y respetado. Todos los que sentimos algo por el Valencia, los que le tenemos cariño desde siempre y para siempre, estamos en estos momentos absolutamente huérfanos de que ese cariño nos sea devuelto por los propios jugadores y sus dirigentes. Y por ahí debe empezar el cambio. En tocarnos lo justo el corazón para que nos volvamos a sentir orgullosos de nuestro Valencia.

Garay y Enzo

Uno es el capitán —Enzo Pérez— con reconocida justicia por mi parte y el otro es el gran referente en el centro de la defensa. Garay puede otorgar a este equipo el mismo rango de seriedad que tenía con Otamendi. Con Otamendi sobre el terreno de juego Mustafi parecía otro central descomunal... hasta que se marchó Otamendi. Recuerden al Mustafi huérfano de Otamendi la pasada campaña. Fue un Mustafi flojito con escasa incidencia en el juego del equipo. Y es por ahí donde yo le doy una importancia suprema a Garay. Tiene jerarquía para jugar bien él y para hacer que el otro central o incluso el lateral de su zona suban enormemente sus prestaciones solo por saber que él está ahí. Y Enzo. Enzo se convierte en un futbolista fundamental para el Valencia y de alguna forma especialmente fundamental para Garay. La conexión Garay-Enzo, con el nuevo juego que desarrolle Prandelli, nos debe devolver la alegría.

A esperar

Y sí, repito, me importan los fichajes pero en estos momentos me importa muchísimo más el duelo contra el Sporting. Además, recuerden, en el capítulo de fichajes de invierno —como nos recordó Gauden Villas en la 97.7radio el pasado lunes— no suelen existir esos jugadores fundamentales que dan un cambio supremo al equipo. Sí pueden, por contra, darle una normalidad que no han tenido desde que comenzó la temporada. Así las cosas yo no me como mucho la cabeza. De momento confío en Prandelli y en que el Valencia ofrezca en Gijón una imagen que comenzamos a olvidar. Y eso espero, que vuelva la imagen de un Valencia futbolero y moderno.

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