Es un derbi y eso es sinónimo de un partido diferente. Lo he vivido en primera persona y los derbis son partidos especiales donde la clasificación no es determinante, donde los aspectos anímicos se entrelazan de manera singular con los futbolísticos y todo desemboca en juego parejo y resultados más igualados de lo que suele decir la clasificación. Son partidos importantes para las aficiones, de rivalidad casi extrema y donde está en juego ser el equipo que manda. Por eso los pronósticos, los favoritismos y la lógica, no siempre se cumplen. Y este derbi llega además en un momento singular.

¿Y cómo es ese momento? Pues para el Valencia es un momento de necesidad. Ganar supondría sumar su segunda victoria consecutiva, hecho inédito esta temporada. Y es que el Valencia necesita ganar lo antes posible partidos para liberarse de la ansiedad, para recuperar estabilidad, para alejarse de los puestos de descenso y volver a sentirse un equipo primero y un equipo importante después. En el futuro inmediato esta recuperar la autoestima, en el más lejano recuperar tranquilidad con el objetivo de reorganizarse para la próxima temporada. Enfrente en el Villarreal una necesidad diferente, la necesidad de reafirmarse como equipo que ha superado al Valencia y que lucha por objetivos que antes eran intrínsecos a su rival.

La normalidad de Voro

El Valencia llega al partido después de haber encontrado en Voro un entrenador normal, un entrenador que conoce la liga, que conoce a los jugadores y que toma decisiones coherentes. Decisiones sensatas en lo táctico. Voro trata de unir y no tirar a la hoguera más leña contra los jugadores, trata de pacificar y respaldar a un grupo puesto en entredicho. Tirar más gasolina al incendio no es la solución y parece su elección un gran acierto después de traer entrenadores más raros tipo Neville. Voro es la demostración de que las soluciones mejores son muchas veces las más sencillas. Conocimiento de la plantilla, club y liga, y manejo sensato de las situaciones. Voro demuestra que no hay que irse tan lejos para encontrar gente capacitada para llevar al equipo. La llegada de José María Sanz, también valenciano y también conocedor perfecto de la realidad del equipo parece desde fuera otro acierto. El problema es que sólo se da oportunidades a gente de la casa en momentos de crisis y cuando los dirigentes han agotado todas sus ideas. Estrafalarias en algunos casos, inoperantes en otros. Acudir a ellos como último recurso retrata a los dirigentes, sus apuestas han hecho agua y ahora lo que funciona es lo que llega forzado por la crisis.

Lo deportivo

Parece una gran noticia que se recupere a Nani y Munir en en sus sitios naturales, en sus puestos y juegue o no de inicio Zaza el Valencia tendrá un delantero. Sigo pensando que el Valencia requiere un medio centro que aporte solvencia y trabajo defensivo, hasta ahora ni Suarez ni Enzo Pérez lo han hecho aunque para este partido parece que será uno de ellos el elegido en un centro del campo donde la irrupción y apuesta por Carlos Soler me parece otro de los aciertos del técnico. La pareja Garay-Mangala me parece la más adecuada en el centro de la zaga. Y la recuperación de Gaya, defenestrado por Prandelli, otra apuesta por la lógica. Y es que el paso de Prandelli sólo sirvió para dejar claros los problemas internos del club pero se fue sin haber aportado soluciones al juego del equipo.

El Villarreal es solidez

El Villarreal llega al partido manteniendo con Fran Escribá como seña de identidad en el trabajo defensivo y basando su juego en la gran dupla Bruno-Trigueros, a los que conozco perfectamente. Pero el equipo es cierto que no pasa por su mejor momento en el juego ofensivo. Un jugador como Sansone no está como a principio de temporada, Pato anda irregular y las bajas de Soldado y Bakambu merman ese poder resolutivo del equipo. Su juego sigue combinando el querer el balón con las rápidas transiciones. Esa doble vertiente puede ser clave en un partido donde apostar por tener el balón puede ser vital. La clasificación y jugar en casa debe servir de acicate a un equipo que parece haber perdido algo de fuelle pero que siempre está tácticamente bien organizado.

Pronóstico

Como decía al principio los derbis son todo menos predecibles pero veo un partido igualado que podría acabar en empate. La fuerza del Valencia es su necesidad de puntos y con esas nuevas formas, y a pesar de los puntos que separan a un equipo y otro, puede crearle problemas y puntuar ante un Villareal favorito pero no tanto como dice la clasificación.