Es fácil acostumbrarse siempre a lo bueno, pero hay que estar tanto a las duras como a las maduras y reconocer que lo del sábado en Alcorcón fue un naufragio en toda regla de la nave de Muñiz. Probablemente el peor partido de los nuestros. No recurriremos a «la derrota útil» de Valdano, pero está claro que tal y como lo asumieron jugadores y entrenador parece que la lección está aprendida. Volvamos, por tanto, a la «realidad» de Segunda, sin sacar las cosas de quicio. Fue un mal partido de los nuestros y ya está. Esto no debe tapar en absoluto una gran temporada. Al contrario, que nos sirva a todos al menos para darle mayor mérito si cabe al equipo, un líder que mantiene un colchón muy importante de puntos sobre el tercer clasificado en una categoría tan dura e igualada como es LaLiga 1|2|3.

Esta vez salió cruz

Y ojo. Tengamos claro también que igual que en otras ocasiones todo nos ha venido de cara, en esta ocurrió lo contrario. Además de con el empuje alfarero, el Levante se encontró con un penalti más que dudoso cometido por Toño. Lo transformó, por cierto, el tal David Rodríguez, un tremendo goleador, de los mejor colocados en la agenda.

La valentía de Muñiz

La valentía de Muñiz está fuera de toda duda. Lejos de resistirse a un día malo, intentó sacarse de la chistera una hipotética reacción con varios movimientos marca de la casa, aunque esta vez no dieron casi resultado. Al míster no le tiembla el pulso a la hora de hacer cambios a pesar de que en el Santo Domingo fueron varios los futbolistas que pasaron prácticamente inadvertidos.

Nàstic: Todos juntos

Así pues, miremos al próximo fin de semana con la visita de un Nàstic en problemas. La afición granota debe estar de nuevo al pie del cañón para empujar a los nuestros y dar otro pasito más en busca de lo que todos queremos, ascender a Primera, un objetivo bien encarrilado pero que hay que rematar. Si caminamos solos podremos ir más deprisa; si caminamos juntos, llegaremos más lejos. ¡Siempre Levante!

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