Esto del fútbol es así. Estás más caliente que un mono de feria, y de repente hacen dos fichajes de golpe, llega el presidente y ganas el partido. Todo en veinticuatro horas. Lo cual hace pensar que lo tenían todo previsto, me refiero al tema de fichajes, organizados en el espacio-tiempo para calmar las aguas en el día de la reaparición de Lim. Si hubiera decidido venir hace un par de meses, ¿habríamos fichado al que se buscaba entonces, por ejemplo, Albiol? Sin movimientos de mercado, nada habría sido tan fácil. Entró el señor Lim en el estadio tarde y de refilón pero, aún así, la gente perdió la oportunidad de sacar pañuelo. Para que luego digan que somos desagradecidos y exigentes. Los pañuelos son balas, y los buenos vaqueros no las disparan al aire en vano. El pueblo decidió que no era el momento. El hombre se volverá pensando: «Pues tampoco era para tanto…».

Exigencias

Lo que faltaba, realmente, era un proyecto deportivo. Lo que faltaba era el presidente. Lo que faltaba era un director deportivo de facto. Lo que faltaba era un entrenador. Lo que faltaba era compromiso. Lo que faltaba, en definitiva, era un equipo. Y ahora, con Marcelino, parece que las cosas salen mejor, y algunos no eran tan paquetes como muchos decíamos. El personal ha lanzado las campanas al vuelo, pero en el partido creamos cien ocasiones y sólo metimos uno, y eso que ellos se quedaron medio partido con diez. Y que era la UD Las Palmas. ¡Sin locuras! Sigo pensando que no va a ser un año fácil. Ojalá me equivoque, y entiendo que se lancen las campanas al vuelo. Pero hemos ganado a Las Palmas en casa por la mínima. Lo mínimo exigible.

Cancelo

En el día de la victoria, vimos a Parejo fino y en forma; Soler, muy bien, y Nacho Vidal, estupendo. Y los mejores fueron tres: Cancelo que se va; Medrán, que hizo un partidazo; y Zaza, MVP. Mención aparte para el portugués que nos deja, y que lloró como un niño emocionado. El año pasado fuimos duros con él. El chico nos hizo un ‘Raúl en el Nou Camp’ y nos quedamos catacroquers. Pero detrás de ese gesto, había una batalla interna muy dura. Una persona que no lo ha tenido fácil en la vida, que oyó cantos de sirena del Barça las pasadas navidades, que vio cómo no se gestaba la cosa, que las cosas no le salían, y con la grada nerviosa. Ahora se va a uno de los grandes de Italia. Entiendo que para él es una oportunidad, pero ¿por qué prescindimos de él?

¿Quién gana?

No es crítica. Es que no entiendo cómo funciona esto. Se va el mejor extremo. Y siempre que eso pasa, me gusta preguntar para qué. «Necesitamos el dinero para fichar a dos centrales», dicen todos, prensa y afición. Ahora resulta que vamos a ‘cambiarlo’ por Kondogbia, cesiones inmediatas y a pagar a futuro. Y sobre los centrales ¿hacían falta dos? ¿O nos bastaba con uno muy bueno? Con lo que Vezo y Garay hicieron el viernes juntos, y que Javi Jiménez es mi apuesta al rooker del año, habría sido bueno reservar ‘titos’ para un delantero. Aunque Zaza haya mojado, hace mucha falta. ¿Y quiénes son? He visto videos de Murillo y Kondogbia. A ver, ¿qué dice nuestro enviado especial? “Efectivamente, son centrales. Devolvemos la conexión.” ¿Alguien puede responderme si son mejores que Garay? ¿Alguien? ¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

Condiciones

Han presionado para venir, pero al final el Inter se nos lleva al bueno, aunque aquí pecó de irregular. Cierto que a Murillo su entrenador lo quería, pero sólo si Marcelino consigue hacer una roca atrás (algo de lo que no tenemos duda, juegue quien juegue) y siempre que los dos fichajes triunfen, habrá sido una operación buena en defensa. Pero ahora mismo me preocupa el ataque. En este mundo loco, la Liga ha empezado, y no sabemos quién más va a venir. Ojalá fueran Dennis Suárez y Marcos Llorente. A partir de ahí, sí podríamos estar en condiciones de competir. Tengo la sensación de que van a venir. Que el plan es, esta vez sí, que las cosas funcionen. El arrocito en la playa de ‘los cinco’ huele bien.

Los cinco

Con vistas al mar se reunió Lim con Murthy, Sol, Marcelino y Alemany. No sólo eso, sino que posaron para la foto. Y eso es lo que queremos. No más llamadas a capítulo en la mansión de Singapur. No más billetes aéreos arriba y abajo para dar cuentas. Queremos que las cosas pasen aquí. In situ. En el terruño. De vez en cuando, ¿eh? No hace falta que nadie se mude a vivir a la Patacona. Pero si hay equipo arriba, en las oficinas, habrá equipo abajo, en el césped. Y si eso pasa, habrá afición en las gradas. Todo lo demás, powerpoints de pseudo-coaching. El fútbol no es tan complicado. A veces sólo hay que ponerle interés a la cosa. Eso es lo que faltaba. «Tampoco era para tanto…».

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