El Valencia de Marcelino se sabe la lección. Sabe lo que hace y lo intenta siempre. Ante la Real vimos un Valencia que ya empieza a hablar en serio en la Liga. Y sí, algo tan simple como estar desmoralizado a creerte que puede pasar de todo es lo que ha sucedido en este club histórico. Y entrando en detalles hay que destacar la labor de Guedes en el ataque del Valencia. El tipo se ofrece y marca un fútbol distinto, mucho más alegre, un fútbol que hace que sus compañeros parezcan más de lo que son. Un valor añadido enorme.

Algo injusto

Destacar tan solo a un jugador de este Valencia que está rompiendo moldes desde que Peter Lim llegó al Valencia tiene algo de injusto o de miserable. Hablo de Guedes por lo distinto, por su frescura, por darle sentido a una vanguardia que hasta hace nada pensábamos -o creía yo- que no le iba a dar soluciones a este equipo. Pero sí, hablo de Guedes por lo distinto, por su forma de encarar los partidos, por su fútbol de sorpresa y de alegría para los valencianistas. Guedes revolucionó Anoeta y el Valencia logró resolver un partido que se había complicado con la dura e injusta expulsión de Kondogbia. Sin Kondogbia en el campo la Real metió la pata y pensó que podía ganar. Y eso le perdió. El Valencia, diez contra diez, supo resolver un duelo inmenso.

Ojo con Eusebio

Y sí, el encuentro fue complicado pero francamente bonito de ver para los espectadores. La Real juega un fútbol interesante y se nota un disparate la mano de Eusebio en su fútbol. Tiene un entrenador que siempre entendió el fútbol cuando era jugador y que ahora, desde el banquillo, está intentando imprimir su carácter a los equipos que entrena. Así las cosas fue un duelo Eusebio contra Marcelino. Y por ahí ganó el Valencia. Marcelino ha logrado imprimir en el Valencia el gen del carácter ganador. Todos luchan, todos aportan, todos se alegran. Y sí, Parejo tuvo razón cuando decidió no ´perderse´ este año a Marcelino. Este Valencia va a ser difícil de batir. Yo lo veo de nuevo bronco y copero. Un Valencia made in Valencia. Un disfrute.

Y la anécdota

Con el tercer gol del Valencia, con el tanto de Zaza, estuve a un paso de pillar el teléfono y llamar a mi suegro... madridista de por vida, de Bernabé de toda la vida. Y el tema era sencillo. El Valencia, tras seis jornadas de Liga está en puestos de Champions y ha colocado al Madrid fuera de las plazas Champions. Vale, sí, es una chorrada a estas alturas del campeonato eso de llamar a mi suegro. No lo hice... pero me quedé con las ganas y la buena educación ganó la batalla. Una guerra con un suegro siempre te hace perder esa guerra. Por lo tanto me callo... pero eso de estar imbatidos y lo de tener al Madrid por detrás me emociona. Ha vuelto el fútbol... y la alegría.

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