Duelo de titanes en el Benito Villamarín. Dos estilos, dos, distintos, dispares, pero igualmente locos, en el mejor sentido de la palabra. Cada uno en la búsqueda de la propia perfección, o mejor dicho, de la homogeneidad de sus características. A punto estuvimos de tener el de Setién en la vieja acequia de Mestalla, pero al final el fútbol es también una forma de política, y las estrategias y alianzas del recién llegado director general trajeron tiempos de disciplina, antes que de filosofía pura. Quizá por eso, no me cabe duda de que el partido será muy importante para el santanderino, que se quedó a medio paso de fichar, cuando los vientos anunciaban la noticia. Es el mejor escenario para enseñarle al Valencia que su propuesta habría sido más que acertada. Sin acritud, porque tiene su escenario para gozar. Pero Mestalla fue el canto de sirena.

Póker

Esto pasa en todas las profesiones. Estás a punto de fichar por una empresa, crees que has pasado el corte definitivo, y de repente estás fuera del proceso de selección. Se te queda cara de póker, aunque si eres un tío bueno en lo tuyo, acabas colocándote en el sitio que te valoran. Y que se tratara de un proceso entre dos entrenadores tan distintos, deja buena cuenta del ´cacao maravillao´ en el que se encontraba el club. Era como elegir entre Menotti y Bilardo, para que se hagan una idea. Ambos tienen un Mundial cada uno, pero sus armas eran incompatibles. Sin llegar al paroxismo de la antagonía de los argentinos en todas las facetas, Marcelino y Setién tienen una forma de entender este deporte con algo en común: son estilos tan ortodoxos, que ambos tienen que hacer un sano esfuerzo por convencer a sus seguidores de que ese es el camino adecuado, y no otro.

El fin y los medios

Los números delatan a Marcelino en la carencia de posesión. La pelota en los pies, como medio, no como fin. Aunque ello no significa que sea para mal. El balón tiene que ir hacia arriba, y hay que tocarlo lo justo. Eso sí, los porcentajes de acierto en el pase indican que no se trata de quitársela como si quemara, sino como si fuera la forma más corta para llegar al gol. ¿De qué sirve el fútbol, si no? Enfrente, el Betis toca, toca, toca y toca bien. En teoría, cuantos más toques la pelota, más te podrías equivocar. Pero los verdiblancos superan a los blanquinegres (y ya es decir) en porcentaje de éxito en el pase. Aquí la toca hasta Adán, el portero. Y claro, si eso es así, es fácil adivinar que las líneas de presión del Valencia van a estar estiraditas, hacia arriba, por si acaso, para forzar el fallo.

Gravedad

Eso sólo tiene un riesgo: la ley de la gravedad. Todo lo que sube, tiene que bajar. La faena será para Soler, Kondogbia y Parejo, que tendrán que triplicarse. Y los centrales deberán ser rápidos para recular, si la presión se vuelve en nuestra contra. No en vano, el Betis es el equipo revelación, este año. Y, además, juegan en un estadio que es una caldera al vapor, con el fondo que quedaba por construir ya completado. Si hay un partido que es peligroso, es este. Estamos imbatidos, todavía, y no hay nada que me dé más mala espina que las estadísticas estiradas como un chicle. Además, contra el Athletic Club nos las vimos de todos los colores. Sólo hay una forma de acallar el runrún: con el famoso sistema del pim, pam, pum, y a casa que llueve.

Guardado

Estamos prolongando indefinidamente el verano, como si fuera la metáfora de este exitoso inicio de Liga. Igual cuando empiece a llover significa que hemos perdido. Nada es eterno, ni el calor, ni las victorias. Pero en la jornada del Atlético- Barça, esto hay que aprovecharlo, porque nos permite afianzarnos ahí, en liga de champiñones. Enfrente, viejos conocidos. ¿Quién nos iba a decir que Guardado iba a ser el fino estilista con mayores asistencias en Europa a estas alturas? Si hay alguien que también estará deseando que suene el pitido inicial, será él. ¿No lo vimos? No, no lo vimos. Bueno, le poníamos de lateral. No se puede decir que la culpa sea suya.

Bocata

También tendremos enfrente a Barragán, carrilero veterano que está de dulce. ¡Y nuestro querido Joaquín, con su finta y su sprint! Al parecer, los verdiblancos están haciendo yoga, para concentrarse. ¿Yoga? Yo soy más de Miga. Miga de pan, que es lo que voy a plantearme cenar. Un sencillo bocata. De atún. Para celebrar el pim, pam, pum. ¡Pim! Rodrigo. ¡Pam! Zaza. ¡Pum! Orellana. Nada menos. ¡Llámame loco! El míster ha manifestado que lo va a recuperar para la causa, ¿no? Pues eso es que tendrá minutos. Tres goles y a casa, que llueve. Bueno, no llueve, es evidente. Si lloviera estaríamos en plena gota fría. Ya caerá. Pero esta noche, todavía no. Esta noche, atún con olivas. A veces, la sencillez es el mejor plan.

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