Algunos amigos míos me llamaron, el día de la ´Declaración unilateral de independencia´ del Parlamento de Cataluña, para o felicitarme, los de fuera, y preguntarme, los españoles, ya que entendían o querían saber si el Valencia CF era ya primero de la Liga, habida cuenta de que el FC Barcelona debería abandonar el campeonato.

El grito de «¡Valencia campeón» que me lanzó mi amigo inglés Perry tuvo que ser contestado con un «aún no», ya que por la mera declaración del Parlamento no se iba a producir una revolución en el campeonato español.

Y es que, aparte de la aplicación inmediata por parte del Gobierno, tras la votación preceptiva en el Senado (que, como vemos, sí sirve para algo€) del artículo 155 de la Constitución, con lo que se disolvía el Parlamento catalán, y la destitución de Puigdemont y sus consejeros, así como del jefe de los mossos y poniendo a todos los ministros del Estado como consellers de la Generalitat, que impedía esa salida del FCB de la Liga, esta no se producía de hecho y de derecho en forma inmediata.

Suponiendo, que es mucho suponer, que el Gobierno no hubiera aplicado el artículo 155 y restablecido la legalidad constitucional, las cosas no hubieran sido tan sencillas. Suponiendo, como digo, que la DUI no se hubiera respondido, la liga hubiera seguido, no digo con normalidad, pero sí reglamentariamente.

Los clubes catalanes hubieran continuado jugando hasta acabar la temporada, salvo, obviamente, que la Federación catalana ´independiente´ les hubiera manifestado que debían abandonar la Liga española. Pero es otra suposición que me parece que ni tan siquiera se había planteado el secesionismo. En efecto, si se leen las puntos de la DUI, parece que los catalanes tendrían todos los derechos (por ejemplo doble nacionalidad, que el Código Civil español no permitiría, salvo cambio del mismo) y ningún deber.

También se ha de recordar que dirigentes del FCB anunciaron que jugarían la Liga española, incluso siendo Cataluña independiente, en un ejercicio de «hago lo que quiero porque me lo puedo permitir», digno de estudio porque no iba a ser así. Solo clubes españoles (el caso de Andorra es distinto), salvo cambio de la Ley, podrían jugar las competiciones (no sólo de fútbol) del Estado.

Por lo tanto, si el 155 no se hubiera aplicado, nos hubiéramos encontrado en un verdadero laberinto jurídico-deportivo. ¿Se ´expulsaría´ a los no-españoles en cumplimiento de la ley? o ¿se auto-expulsarían? ¿Se considerarían comunitarios a los catalanes que juegan en otros equipos españoles, cuando la Unión Europea dejó claro que Cataluña no sería miembro?

Esas son solo unas mínimas preguntas pero hay un aluvión más y, entre ellos, el de los contratos de jugadores que han firmado con el FCB y otros clubes catalanes, que son de la RFEF y que indican claramente que son para jugar en la Liga española por lo que la pregunta sería si algunos futbolistas (¿Messi, Suárez, Dembelé, etc? ) pudieran entender, ellos o sus asesores, que son libres de partir sin pagar indemnización alguna, al no cumplirse un hecho esencial del contrato€

Esto, que planteé en mi charla en el Foro Cívico de la Comunidad Valenciana, en Castellón y que di el pasado jueves, pareció revolucionar a los asistentes. ¿Podría Messi, por citar al jugador más importante, salir del FCB sin pagar la cláusula como hizo Neymar? Permítanme no decir nada, por si alguien quiere contratarme€

En serio, la retahíla de complicaciones no para, como por ejemplo, el reconocimiento de la Federación de fútbol de la ´República Catalana´, por los organismos balompédicos, la UEFA y la FIFA, que no sería fácil, como sus consecuencias directas de participación en competiciones europeas. El FCB no podría participar en la Champions, al no estar reconocido su federación ni ser miembro de esos organismos.

Y, suponiendo que no hubiera 155, si al final de esta temporada el FCB fuera campeón de Liga, la RFEF tendría que inscribirlo en la Champions como ´equipo español´, algo que no sería€ Por lo tanto, ¿Valencia campeón?, no por ese medio, aún, pero ganando en el campo, que hay un gran equipo.

Mientras la política ficción sigue y el deporte puede ser una víctima colateral de la misma, releamos a Melville y a su ´Bartleby el escribiente´ con su eterna respuesta a toda petición, «preferiría no hacerlo», que recuerda la postura de ciertos políticos catalanes€

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