El partido contra el Alavés me pilló trabajando en Barcelona, y me lo pasé con los dientes aferrados a la barra de una salchichería tratando de contenerme. Es increíble lo de Barcelona con los perritos calientes. De hecho, creo que hay más bares de frankfurt en esta ciudad que en la propia Frankfurt (claro que ahora tienen problemas más urgentes que analizar). Para colmo, estaba solo. ¡Qué difícil es ver un partido de tu equipo fuera de la terreta! Tardé veinte minutos en encontrar el sitio con la tele puesta. Me pedí la caña y la salchicha, intentando disfrutar de un partido aparentemente con poca chicha. Al fin y al cabo, estaba preparado para una castaña de encuentro. De hecho, estaba listo para perder. Este era el partido que históricamente palmábamos por decreto-ley. Pero al cantar el gol de Rodrigo, se me fue el frankfurt por el otro lado y casi me quedo ´mortimer´.

Revulsivos

Siempre hemos ido el equipo revulsivo. Cada vez que podíamos batir nuestro récord de alegrías, nos caía encima el cubo de agua. «¿Está usted hundido en el pozo y necesita puntos como el pan? ¡Nosotros tenemos superávit!». ¿Qué mejor que una derrotita para romper la racha de ilusión? Pero€ volvimos a ganar. No hay calificativos para describir el estado de efervescencia latente en el que se encuentra instaurado el valencianismo. Hasta este fin de semana pasado, pensábamos que habíamos tenido una dosis extraordinaria de acierto y desparpajo. Pero el partido del sábado fue una demostración de fuerza, un golpe en la mesa. El partido, honestamente, era de empate. Ellos jugaron con intensidad, repartieron mandobles con el árbitro escondido detrás de un árbol y tuvieron quizá más oportunidades. Pero hay fuerzas de la naturaleza que no se pueden frenar.

Cambio

El Valencia tiene claro lo del ´partido a partido´. Pero ojo, que eso no se lo inventó Simeone. Eso ya lo hacíamos nosotros con Ranieri, y luego con Benítez. Incluso con Di Stéfano. De hecho, Marcelino me recuerda mucho al italiano, porque ambos cogieron un equipo de perdedores (dicho sea con el debido respeto) y los han convertido en máquinas de ganar. La diferencia entre el emperador Claudio y el asturiano es que el primero convenció a una tropa de que debían jugar para un solo futbolista (el Piojo), para conseguir los objetivos. Y Marcelino ha transformado el pelotón chiflado en legionarios, como Astérix y Obélix: «¡Primera legión, tercera cohorte, segunda manípula, primera centuria!» Y zas, a repartir.

Rodrigo

Y eso que el partido fue tenso, como esperábamos todos. Aunque Zaza puso las de Villadiego en la primera parte, en la segunda con el gol de Alexis (¿tenía que ser él?) los blanquiazules empezaron a apretar. Ahí era cuando teníamos que demostrar los galones. De hecho, nos costó porque nos sacaron del partido. Neto estuvo inmenso, aunque en el gol le pilló a contrapié. Me reafirmo en que, si consigue mejorar un pelín en colocación, será el nuevo Buffon. Me gustaron Gayà, que parece estar reencontrando su mejor versión; Soler en la posición de Parejo; Zaza, of course; Lato, que sacaba el balón con mucha calma y criterio€pero sobre todo Rodrigo. Es otra persona. Juega como los ángeles. En el penalti, me queda la duda de si lo tira mal y tiene suerte, o hace un Mendieta y lo mete por donde le place a portero batido.

Uno por ciento

Y vi cansado a Kondogbia. Algo raro, porque en batallas físicas es tu mejor soldado. Pero hasta Power Man necesita descanso, y no me extrañaría verlo suplente en Mestalla, el próximo finde. Si hay un partido en que se lo puede permitir Marcelino, es ese. Marcelino. El uno por ciento de responsabilidad en todo esto, según él mismo. Se agradece la humildad, pero a nosotros no nos engaña. Estos jugadores son los mismos que antes, pero no. Y eso depende de alguien que les ha convencido de lo que pueden llegar a ser. Por ejemplo, Parejo. Es muy significativo que se perdiera el partido del Alavés. Puestos a perderse un encuentro, mejor el de fuera de casa. Como abonado, le agradezco que quiera estar presente siempre abanderando al equipo en nuestro césped. El próximo finde, le recuperamos con los brazos abiertos.

De tres en tres

Que pase el Leganés. Viene de perder contra el Sevilla, pero en posiciones destacadas. Un equipo que sabe a lo que juega. Mestalla será un hervidero. Somos el mejor Valencia a estas alturas de campeonato de la historia. Hace tiempo, una persona muy importante me enseñó que el hoy, aquí y ahora es algo muy importante en la vida, a la hora de expresar sentimientos. Pues bien: hoy, aquí y ahora, somos el mejor equipo de nuestra historia. ¡Es un sentimiento! Pero también una realidad, porque lo dicen los números. A estas alturas de campeonato, nunca había pasado esto. Partido a partido. Piano piano. De tres en tres. Así es la manera en que los dos de arriba empiezan a agobiarse. ¿Seremos el mejor equipo mañana? Ni papa. ¡Pero que nos quiten lo bailao!

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