Al final, menos mal que el pasado sábado contra el Girona no jugamos a media tarde, como pedía la inmensa mayoría y la lógica aplastante, porque nos habría caído la del pulpo. Fue acabar el partido y ponerse a diluviar, como si de una peli de terror de la Hammer se tratara. La lectura positiva del partido del sábado contra el Girona no es solo que la victoria blanquinegra se instale de nuevo en el césped de Mestalla, sino que pudimos remontar un resultado adverso esta temporada, en un partido que se había puesto gris, como el cielo. La remontada se pagaba a precio de oro, en las casas de apuestas, al parecer. El regalo del roscón lo puso Guedes, del que ya podemos decir que sufrimos dependencia. Es joven y todavía no está al nivel estratosférico de continuidad y madurez como para poder decir que será sistemático, como ocurrió en tiempos de Kempes, Piojo o Villa. Pero poco le falta.

Portu

Primero, el gol de Portu, que fue simplemente espectacular. No solo por el remate, que es para poner en las autoescuelas de delanteros, sino por la jugada de Mojica en la banda izquierda, sentando en el césped a Nacho Vidal y Andreas Pereira como si de un picnic se tratase, y sacándose un centro épico. Una pena que jugadores como el delantero del Girona deban buscarse las habichuelas fuera de casa. Hemos visto tantas bolas de heno pasar por el camino, tapando la progresión de nuestros canteranos, que nos ha insensibilizado. ¿Por qué no imaginarle de vuelta algún día? Más allá de esa jugada puntual, Vidal estuvo mejor durante el partido, y es indudable que las bandas están absolutamente equilibradas, con el de Campello a un lado y Gayà a otro. Tiene técnica, desparpajo, velocidad y clase. ¿Se ganará el puesto de titular?

Gol

A Gonçalo Guedes le sale todo. Cada regate, cada finta, cada cambio de marcha deja en evidencia a un rival distinto. Va como una moto. Es llamativo que, en la repetición de su gol accidental, se pueden contabilizar hasta ocho rivales dentro del área, incluido el portero. Es la puesta en escena de que él solito puede con todos. Aunque sea con la ayudita de Ramalho en el gol. Le salió todo lo que no acabó de salirle€ a Rodrigo y a Mina. El primero tiene calidad, velocidad, buena combinación€ pero marra muchas veces la decisión clave final. Mina, por su parte, no podía mantener su racha estratosférica, estadísticamente no era humano. Tampoco va fino del todo Andreas. Es fácil escribir a partido pasado, no hay urgencia en que despunte y debemos ser pacientes. Pero es evidente que la pelotita no entra. Si los tres se centran en divertirse y no se dejan arrastrar por la ansiedad, acabarán metiéndonos en Champions.

¿Polémica?

Tras la tarde de lluvia alrededor de Mestalla, me fui a casa a ver el resumen por televisión. Los comentaristas fueron unánimes: el derribo de Maffeo a Gayà es penalti. Machín puede cantar la discografía completa en sus declaraciones, en la línea de que era mucho menos claro que el anterior. ¡Nos ha fastidiado! Que el de Rodrigo no se pitara no se lo cree ni él. Es más, hubo tres penaltis. ¿Que Parejo ha hablado con el árbitro? Sólo faltaría que no pudiera hablar. ¡Es el capitán! El único autorizado, precisamente, para poder hacerlo. En eso consiste el brazalete, entre otras cosas. Cuidado con eso de las cámaras, porque les puede salir el tiro por la culata a algunos. Es muy bonito ver que en un túnel de vestuarios los jugadores se comportan como cualquier equipo amateur. Pero si la polémica es que por que el capitán hable al árbitro se pite el segundo penalti (que es claro) en lugar del primero (que es diáfano) apaga (las cámaras) y vámonos.

Citas

Luciano Vietto tuvo tiempo de salir, trenzar y chutar. Si hubiera metido su ocasión se habría caído el estadio, y él habría tenido indulgencia plenaria durante el resto de temporada. El fútbol es cosa de centímetros. Viene el argentino a meter precisamente esas, las que en el Atlético no le entraban. Aquí va a encontrar su fútbol. Vietto tiene un brillo especial. Esta semana tiene dos oportunidades preciosas para romper el hielo. Jugamos un partido de cara mañana contra la UD Las Palmas en la Copa del Rey. Los de Jémez no serán cómodos, y tienen a Viera, un jugador que me fascina. Paco Jémez tiene una prensa que ya quisieran muchos, pero no se me olvida una rueda de ídem calentita que dio aquí, cuando precisamente sonaba su nombre.. Y el sábado contra el Depor: podemos volver con el botín, y seguir sumando en este Periplo Champions. ¿Coger al Barça? ¿Un club que acaba de pagar 160 kilos por un solo hombre? El milagro es estar ahí, dando guerra, en un negocio que parece montado para dos, mientras hacemos malabarismos para poder quedarnos con un cedido que destaca.

Más artículos de opinión de Manu Badenes, aquí.