Valencia en Fallas es uno de esos grandes secretos desconocidos para la humanidad. Aunque cada vez más gente de todo el mundo se acerca a ver la fiesta más auténtica de todas aquellas que he tenido la oportunidad de vivir, todavía es desconocida para una inmensa cantidad de personas, aunque aspectos como que fuera declarada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año pasado nos posiciona en el mapa, cada año con mayor incidencia. Naturalmente, la ciudad tiene unas tragaderas limitadas para la avalancha de turistas. Pero si hay algo que es un privilegio ver en estas fechas, además de la Ofrenda, de los pasacalles, de los monumentos, de las mascletaes y de la Nit del Foc, es Mestalla bajo el cielo abierto, tras la llovizna, en una tarde de victoria con olor a pólvora.

Decepción

Esta ciudad transmite un carácter al equipo. Y en tardes así, de fiesta, con la brisa justa, el césped a sol y sombra, la grada con color y el aroma a mar, los jugadores se ponen el traje de gala. Son partidos para el recuerdo, aunque no haya pasado nada en especial ni el rival fuera el más estimulante. De hecho, el Alavés planteó un partido con cesión de responsabilidades al rival, cedió huecos, y ni se atrincheró detrás ni se lanzó al ataque, lo que permitió al Valencia CF llevar la manija. Lo de Parejo es espectacular. Lo de Kondogbia, un escándalo. No sé a qué pretende jugar Monsieur Deschamps, por quien tenemos un respeto. Pero la decepción es inmensa. Un ex valencianista debería tener diáfano lo que está haciendo su compatriota aquí.

Mister K

Aunque las cualidades de ambos fueran distintas, las piernas de Kondogbia (Mister K a partir de ahora) son las de Papaíto Piernas Largas multiplicadas por el número Pi. Rebaña balones como si fuera bechamel. Se alterna con Parejo en la responsabilidad del ritmo, son el equivalente al bajo y la batería en un grupo de música. Sin ellos, el cantante se iría por peteneras y la guitarra sonaría desafinada. Puede nuestro jugador 16 estar muy, muy satisfecho. En el fútbol, como en todos los oficios, el éxito depende de que apriete el dedito el que tiene el mando, y no siempre se valoran los méritos con la objetividad necesaria. Ahora mismo, es insustituible. Puede ahora hasta permitirse el lujo de hacer lo que le dé la gana, de arriesgar, de pasárselo bien.

La Roja

En nuestra Selección, Rodrigo y Parejo serán nuestros embajadores. Lo de Rodrigo era esperado, y el sábado demostró que tiene la autoestima por las nubes. Su pared con Zaza (¡qué gran jugador sin balón!) y la definición son una obra de arte y ensayo. Parejo, por su parte, ha matado a su propio dragón. Se permite filigranas y templa como si fuera un torero. Si Lopetegui le cede el mando, cosa que está por ver, no sé si ganaremos todos los partidos, pero se ganará la pelota, y tendrán mucho más fácil lo primero. Su estado de forma es estratosférico. Aún habría habido mayor justicia si Gayà o Soler hubieran obtenido el premio, pero al menos el segundo defenderá los colores con Lato en la Sub-21. ¡Quién nos lo iba a decir hace un año!

Aquiles

La semana nos dejó una de las noticias más amargas de la temporada. A Francis Coquelin, en un estado de forma exquisito, al que se le percibe una personalidad maravillosa, le chascó el tendón de Aquiles. La lesión es complicada, la recuperación, lenta, y el Club debe dejarle claro que aquí le esperamos, sin prisas ni estreses, porque poca gente ha demostrado tantas cualidades en tan poco tiempo. En el fútbol no hay nadie imprescindible, pero no cabe duda que algunos lo son más que otros. Todos los entrenadores tienen una columna vertical intocable. Coquelin estaba en ella, y su llegada coincidió con la recuperación del equipo. «¡Oh, Coquelin, mi Coquelin!». Ni tú eres capitán ni yo Walt Whitman, pero te esperamos con el barco virado a Champions League.Cal y arena

El único que me sigue generando luces y sombras es Neto. Bajo los palos, tiene unos reflejos gatunos al más puro estilo Sempere o el ínclito Casillas. Con el 0-0 sacó una mano que valía el MVP. Toda esa sensación de seguridad se fue al traste en la jugada de Vídeos de Primera sobre el minuto 63 que, si no acabó registrada en la cinta VHS de algún friki, es porque no acabó como merecía. Pero bajo la cal, y en el uno contra uno, no tiene rival. 16 de los últimos 18 puntos en el bolsillo, ya no se trata de qué conseguiremos, sino del cómo. Tenemos ante nosotros la oportunidad de trabajar pensando en el año que viene, como en la Fórmula Uno. El míster se puede permitir probaturas, y los jugadores esparcimiento. Sin olvidar que la confianza es el principal enemigo de este equipo, históricamente. Ya es tarde para soñar. Pero fue una tarde para soñar€

Más artículos de opinión de Manu Badenes, aquí.