El vocablo albricias, que viene de árabe como tantas cosas que empiezan por 'al' (tengo dudas con 'alabí alabá alabí bon ba' pero para el caso es la que viene al pelo), es una expresión que sirve para denotar júbilo, alegría, la celebración de algo esperado o no y, también, el regalo que se le hacía a quien traía una buena nueva. Las albricias del año son la Champions League. Somos equipo de Copa de Europa. Ahora habrá que saber si logrará mantenerse el magnetismo de jugar de noche, como los reyes, o nos darán el horario ese que manejan a media tarde, como si los humanos no trabajaran. Pero ahora mismo, nos sabe a gloria todo. Hasta la derrota in extremis contra el magnético Villarreal. Pocos derbis encontraremos con menor carga de estrés postraumático en los jugadores.Objetivos

Y, sin embargo, nadie puede poner en duda que el partido fue de poder a poder. Tuvieron más ocasiones los groguets, especialmente con Cheryshev y Bacca, pero el Valencia tuvo ese par de ramalazos que suelen dar un partido. Santi Mina centró con precisión de cirujano desde el otro margen del campo y Rodrigo remató a bocajarro, pero Asenjo estuvo infranqueable. Al poco, Santi Mina tras jugada polémica por falta previa se plantó ante el borde del área, pero lo hizo tan lentamente esta vez que se le arremolinaron encima los defensas. Fue Mario Gaspar quien peinó con la coronilla un centro preciso, y tocó la gloria en la carrera del equipo de la Plana por alcanzar el soñado y merecido objetivo de Europa. Este año han sido más irregulares que en otras temporadas, pero si consiguen su objetivo, no cabe otra que quitarse el sombrero una vez más.

Tramos finales

Aparte de que Calleja le ha ganado la partida a Marcelino en sendas contiendas, el míster puede estar feliz y orgulloso del trabajo bien hecho. El sábado, el pescado estaba vendido, con el favor del Athletic a costa del Betis. Pero, aun así, hay que asumir que el partido entra dentro de la tónica general de la racha indolente en cuanto a resultados, de los últimos meses. Es una realidad que los equipos del asturiano se suelen deshinchar a medida que la competición entra en los tramos finales, pero el colchón de ventaja era tan amplio, que esta vez se lo pudo permitir. No hay que alarmarse. Hemos entrado en objetivos (y no me repitan que eran imprevistos, porque cualquiera sabe que ese era el objetivo moral, por encima del real, que era verlas venir) con dos partes del año muy diferenciadas: una, ejemplar, sorprendente, espectacular, donde olíamos a candidatos al título. Y una segunda, mediocre y a trancas y barrancas.

Bajones

Es así, le guste a quien le guste, y no debemos olvidar, de cara a la confección del año pasado, que hace muchos meses que no sentimos al Valencia a gusto en la competición, con la supremacía descarada que ostentó en los inicios. Me preocupan casos como el bajón de Gayà, que parece menos vigoroso que antaño. Vezo, que de lateral hace lo que puede, pero todo eso es poco. Y principalmente, Zaza. No ha dado el rendimiento esperado. Tiene que operarse, y recuperarse para volver a ser el que fue. Su fútbol es más que goles, pero suenan ecos de que se va a marchar y, sea o no verdad, me preocupa que un jugador tan implicado en el espíritu no sea de la partida, y que cuando lo sea no supere las expectativas. Este ha sido, sin duda, el año de Parejo? y Rodrigo. Ambos merecen ser mundialistas.Alforjas

Al menos tenemos lo más difícil. Sintonía de corbatas. Míster, director deportivo, presidente y dueño hablan el mismo idioma, aunque no sé si es 'spanglish' o 'singapenglish'. Pero tienen criterios definidos. Lo que no tenemos es mucha pasta. Y menos tras el 'Luxemburgazo', que tiene entre ceja y ceja castigar al club por dejarse ayudar y hacerse el longuis ante el comportamiento populista de determinados políticos, que pretendían hacer propaganda política a costa de saltarse las reglas del mercado. Habrá quien piense que es fácil criticar cuando se dejó vivo al club. Pero miren, yo para este viaje no necesitaba tales alforjas. Yo soy de los que iba a Mestalla cuando el fútbol no era una moda, cuando no le gustaba a nadie, más que a los que nos gustaba.

Mosqueteros

Por supuesto, celebro habernos salvado de la desaparición. Pero no le debemos nada a nadie. Nadie nos hizo ningún favor, más bien al contrario. Hay una lista ingente de peña (de aquí y de allí) que se sirvió de este club para su propio beneficio. Esa lista es oral, pero está en boca y mente de todos los aficionados. Si hubiéramos desaparecido, también habríamos resurgido como el Ave Fénix (o, sin ir tan lejos en lírica y épica, como el Glasgow Rangers). La historia fue otra, y ahora en manos de Meriton el camino del patiment parece en vías de extinción. La unión de afición y club es primordial. Debemos remar todos hacia delante. Marcelino, Alemany y Longoria lo tienen claro. Son nuestros tres mosqueteros, y de ellos depende nuestro futuro.

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