Esta semana salieron los precios de los abonos del Valencia CF. Renové en ocho horas. Son respetuosos e ilusionantes. Da la sensación de que se ha aprendido la lección. La afición es esencial, y el pack total ilusiona a los adultos como los cromos a los niños. No hay excusa para no renovar, y el año del Centenario batiremos récords de asistencia, ahora que ya sabemos que la fidelidad se premia en descuento contante y sonante. Se suceden nombres, pero principalmente me ilusiona Gameiro. De todos modos, el verano es un correveidile. Tengo la mente puesta en el Mundial.

No, thanks

Por lo que respecta a la Selección, la semana ha sido un caos. Lopetegui hizo la 3,14 al grupo, aceptando un puesto de trabajo incompatible en el espacio-tiempo. La gente debate sobre si era necesario decirlo antes o después, cuando la respuesta educada debió haber sido: «No, gracias. Me siento halagado, pero en estos momentos no puedo. Si pueden esperarme, genial, y si no, lo entenderé». Todo lo demás es el cuento de la lechera. A partir de ahí, se sucedieron una serie de catastróficas desdichas. Desde mi perspectiva, a corto plazo pensé que era mejor aguantar, por el bienestar del grupo. Los mundiales son de los futbolistas, le pese a quien le pese. Si el grupo quería que siguiera, habría que comérsela.

Shakespeare

Pero Rubiales tomó decisiones ejecutivas, y si bien queda la duda de si lo hizo por el honor en general o por su honor en particular, el asunto se tramitó por el grupo como un «quítame allá esas pajas». Las palabras de Ramos fueron un canto hacia delante, y las de Florentino Pérez y Julen, una puesta en escena, pero más sonaba a lectura dramatizada que a verdad shakesperiana. Llegó al sitio indicado Fernando Hierro, que está igual de capacitado o más para dirigir a la Selección -o al Madrid-.

Almanaque

Si Florentino lo hubiera visto así, este empastre no se habría producido, y el Almanaque Deportivo de 2018 sería tal y como Marty McFly se lo encontró hace una semana. En el debut, el grupo habría hecho lo mismo, exactamente. Tocar, jugar, salir a muerte, marcar, aguantar a Ronaldo y resistir. Y, sobre todo, el portero habría sido el mismo. Es más, por inteligencia emocional, y dado que Lopetegui fue portero, es muy previsible que De Gea hubiera estado sobre la línea de cal permanentemente, hasta la eliminación final. Sobre todo analizando sus luces y sombras como guardameta.

Cambios

Lo bueno de Hierro es que no tiene que comulgar con ruedas de molino, y ese puesto es tan susceptible de ser variado como el del 10 -Thiago se quedó calentando silla en pro de Koke- o el mismo 9 -Costa se ha ganado el derecho adquirido de la Fase de Grupos-. Veo difícil que Rodrigo se pueda lucir. Ese puesto requiere, como el de la portería, de mano izquierda y mimos. Parece que Rodrigo sea más sensible para estas cosas. Que hay que hacer que se sienta valorado, vaya. Como ha hecho Marcelino. Ahora mismo, parece el tercero en discordia en la Roja. Será difícil verle lucir, salvo que Hierro gestione la fase de grupos con mano de Luis Aragonés -no la de la peineta, sino la metafórica-: dejando jugar a los menos titulares.

Duelos

Contra España, nuestro Guedes no rompió la baraja. A la hora de encarar a Ramos, en vez de ver un blanco, vio a un semidiós, como don Quijote, que donde había molinos vio gigantes. Quitando algunos contraataques encomiables a los que nos tiene acostumbrados a la grada de Mestalla, fue de más a menos. Aún tiene tiempo de exhibirse. También hemos reencontrado a Cúper con Egipto, y a Pizzi dirigiendo a Arabia Saudí. A ambos les ha tocado bailar con las cenicientas de su grupo en común. Rusia se merendó a los saudíes de Pizzi. Los huecos entre líneas eran campos de trigo. Cheryshev estuvo inconmensurable. Es una alegría para el Villarreal, y una lástima que el Valencia no lo gozara en plenitud.

Argentinos

Y Cúper? hizo cosas. Dijo que Salah estaba para jugar, pero reservó a su estrella, puso la barraca y, con ese fútbol gris que tanto rédito le ha dado -o no-, aguantó el envite. Al final, la polémica de su decisión le persigue, por un minuto. Un solo minuto puede darte la gloria o la derrota. Se verá las caras con su compatriota de banquillo el 25 de junio, en el duelo che por antonomasia del Mundial. Ryan, por su parte, fue titular con Australia. Y Otamendi lideró la zaga. Banega, otro ex valencianista, ha perdido en cambio la titularidad. En definitiva, mientras el club organiza quiénes vestirán el escudo la próxima temporada, nos distraemos viendo las tribulaciones de quienes una vez lo llevaron en el pecho. Todos ellos dejaron distintos posos de empatía y afecto, en función de su nivel de compromiso. El Mundial también es blanquinegro.

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