Vaya por delante que yo soy un tipo analógico. Era un apasionado de los discos de vinilo, de las cartas a mano y de la llamada a cobro revertido. También creo que el fútbol rico y el fútbol pobre no deberían escindirse. A pesar de que el primero genere millones, el segundo lo juegan millones. El VAR, un nuevo modelo de negocio del que todos hablan, genera precisamente lo que se nos dijo que venía a desterrar: polémica. Sigue siendo un recurso para el árbitro, salvo error manifiesto. Analiza el caso de fuerza mayor, pero no millones de aspectos grises. Y cuando entra en juego, unos hombres en la sombra son los que analizan la jugada. Todos esos hombres son árbitros y ningún ex futbolista, al parecer. Es decir, sigue decidiendo el que nunca jugó al fútbol.

VAR

Sin embargo, en el Brasil-Costa Rica del otro día, el VAR pitó el primer 'nopenalti' de la historia. Tuvo Neymar el dudoso honor de ser el analizado, que cayó al pasto como un vaquero al que han disparado en un spaghetti western. Al nivel de su predecesor (que es portugués) en la nominación a peor actor para llevarse un Razzie, vio cómo su interpretación quedaba descartada de la edición final. Y ello me generó el beneficio de la duda razonable. Por un lado, hay que asumir la evolución del deporte, pero por otro esto sirve para deshacer no solo la omisión, sino la acción del árbitro. Estamos en días de marketing, habrá que ver si algo así se pita en LaLiga contra un grande que se juega el título. Hagan apuestas.Apisonadora

El fútbol es un estado de ánimo, más que un juego. La mente es tan importante como la pelota. Solo de esa forma, es posible entender que Brasil o Alemania venzan en tiempo de descuento, con la soga al cuello, y ganen una vida más. En particular, Die Mannschaft demostró por qué es 'El Equipo'. Son viejos pellejos, están cascados, son previsibles, les falta frescura, y tienen muchas papeletas de no llegar al final. Pero en este deporte dos más dos no son cuatro. Tras caer ante México en el partido más bello que recuerdo de un Mundial en los últimos años, Suecia los tenía hasta las cuerdas, como Ivan Drago a Rocky. Pero Kroos se sacó de la manguen el gol más importante de su vida hasta la fecha, que es mucho decir, y adiós a las esperanzas de los más ilusos.Lágrimas

Lo mismo ocurrió con Brasil. Tras empatar contra Suiza, Costa Rica estaba sacando rédito al fútbol menos bello, ese que alguna mente brillante dice que debería estar prohibido, pero que es igual de legítimo, honrado y bello que el del toque. Y cuando tocaban a rebato, Coutinho, el mejor jugador de su país, y Neymar, un chiquito con talento que, además de no estar centrado, no está en su mejor forma, desbarataron las ilusiones de los menos románticos. La solución del futuro crack de balompié fue llorar. Digno heredero de Ronaldo, quien por algo similar echó la lágrima con el United en una Final de Champions. Me reservo la opinión, aunque me río por no llorar.Malos aires

No tuvo esa suerte Argentina. Tampoco la buscó. Si analizamos su entorno social, vemos que la capacidad de auto-inmolarse que tienen es bestial. Ponen a parir a los que, si luego ganan, serán sus dioses imperecederos. Pero son una banda irregular, con Messi a la cabeza, a quien la cámara le retrata. ¿Escisión con Sampaoli? Más bien, es un equipo 'Sinpaoli'. Y, sin embargo, yo apuesto a que pasan. Islandia también se ha ido desinflando, a pesar de que es la favorita de muchos espectadores. Pero para ganar hay que meter la pelotita dentro. Bien lo sabe España, a la que se le acusa de ser poco efectiva. Aun así, este tipo de resultados son los más convenientes, si atendemos a la forma en la que ganamos aquel Mundial en 2010: derrota 0-1 con Suiza, 2-0 a Honduras, 2-1 a Chile, 1-0 a Portugal, 1-0 a Paraguay, 1-0 a los teutones y 1-0 a Holanda. Nunca ganamos sobrados, ni cuando íbamos sobrados.Cambalache

Mientras, en València tenemos nuevo emblema. No me genera dudas el nuevo murciélago. Me entusiasma, y eso me sorprende de mí mismo, que soy un clásico. Será porque está bien diseñado. Si su misión no es hacer desaparecer el viejo, sino alternarlo, será un éxito. Aquí seguimos de compraventa. Esto del mercado estival se parece a un gigantesco Wallapop. Me gusta llamarlo Cambalache, como la sección que salía en el Don Miki. Está Diakhaby, un francés de futuro, pero joven para bregar aún, y Gameiro, del que hay que conseguir que no sea un Vietto 2. Es veterano, pero siempre marca más de diez goles, como mínimo. Y juega mucho, lo que significa que no se lesiona, ergo se cuida. Previa venta de Cancelo, claro. Los 'titos' mola tocarlos cuando te desprendes de algo. O tengo al jugador, o tengo el parné. Llámenme analógico, pero es así.

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