No comprendo nada de lo que estoy viendo hasta ahora y lo que más me preocupa es que las aguas vuelvan a su cauce en el menor tiempo posible. Miren, pensábamos que este Valencia, el de la actual temporada, iba a marcar de alguna forma un homenaje al Centenario e incluso jugando un buen fútbol y con aspiraciones a casi todo. Pero la realidad es tozuda y esa realidad me indica que el Valencia que vimos frente al Espanyol está muy lejos de ser un equipo competitivo en tiempo y forma. Que el Espanyol te saque los colores y te gane con absoluta justicia es preocupante. Y lo malo del asunto es que eso sí sucedió el pasado domingo en tierras catalanas.

El Valencia fue mediocre en general y Marcelino estuvo lento e incomprensible durante gran parte del encuentro.Y lo grave, o mejor dicho, y lo llamativo, es que tenemos el sorteo Champions a la vuelta de la esquina y esto no huele a Champions por ningún lado por el que podamos olfatear. El Valencia ha comenzado la Liga ofreciendo una imagen desangelada e incluso ya existe personal empezando a dudar de Marcelino y su estrategia. Y no. Yo no voy a hacer eso. Voy a seguir creyendo en Marcelino pero necesito que cambie en su forma de dirigir al Valencia en los próximos partidos. Yo quiero ver a un Marcelino normal y transparente. Quiero ver a ese tipo que la temporada pasada todo lo que hacía tenía fundamento e incluso se ganaba paso a paso todo mi sincero reconocimiento a una labor bien ejecutada y bien planeada. Y sí, yo espero que ese Marcelino vuelva por sus fueros y se deje de inventos. Lo que hemos visto hasta ahora invita a todo menos al optimismo. Pero sí existe un asunto grave que voy a compartir con todos ustedes. Hablo de los jugadores y de su posición sobre el terreno de juego.

Mejor dicho, sí voy a hablar de algunos jugadores y les voy a ofrecer mi punto de vista que en estos momentos invita a todo menos al optimismo. No entiendo en absoluto la línea defensiva del Valencia frente al Espanyol y mucho menos su terrible rendimiento sobre el terreno de juego. Miren, cuando fichó Piccini, mejor dicho antes de fichar Piccini, ya comenté que era un futbolista que me transmitía más bien poco, aunque luego, una vez fichado, hice de tripas corazón y acepté a Piccini como uno más. Ahora bien, su rendimiento, especialmente su actuación en línea defensiva, es francamente sonrojante. A todo esto, a la flojera que demostró defensivamente el Valencia ante el Espanyol, existen más cosas que debemos cambiar pensando que vamos a disputar una Champions que el personal aguarda ilusionado y esperanzado. Miren, Wasss en la derecha es medio jugador y Soler a la izquierda está dando síntomas de una estrechez de preparación lamentable. Parejo no está fino tampoco y la delantera del Valencia, con Mina como titular, invita a pensar que para qué hemos fichado tipos como Cheryshev, Gameiro o Batshuayi, si no le estamos dando la opción de jugar los minutos necesarios en cada partido.

Y ese cambio raro

Y miren, que un entrenador haga un cambio durante un partido no debe sorprendernos lo más mínimo. Ahora bien, lo que si resulta complejo es quitar a tu mejor delantero, es decir a Rodrigo, cuando vas perdiendo el partido y para dar entrada a Batshuayi en su lugar, como si el tipo más caro del equipo fuera solo un recurso. Rodrigo y Batshuayi juntos. Eso es lo mínimo.

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