Sí pero no

En otras condiciones un empate en Manchester habría sido bueno. Visto el equipo de Mourinho lo máximo que se puede decir es que un punto no es del todo malo. Deja al Valencia en buena posición para luchar por pasar de ronda, reafirma la mejoría en defensa y maquilla el horroroso partido ante la Juventus. Pero queda la sensación de que se debería haber hecho algo más. Nunca en época reciente se ha visto un United tan desangelado. Tiene todos los síntomas de equipo en descomposición. Los veteranos recurren al trote contemplativo para disimular, el balón va de lado a lado sin criterio alguno y sólo el empeño de los jovencitos mantiene en pie el tinglado. Este Valencia aún convaleciente no supo sacar tajada.

Guedes y ¿qué más?

GuedesEl ataque valencianista quedó anoche en manos de Guedes, que lució una vez más como en las grandes ocasiones. Pero él solo no puede enfrentar al mundo en cada cabalgada. A su lado, un páramo exasperante. Rodrigo parece de regreso al mundo de la imprecisión en el que vivió sus tres primeros años aquí. Y Batshuayi mostró en casi cada una de sus acciones el océano de limitaciones técnicas que le tiene dando vueltas por Europa de cesión en cesión. Nadie puede reprocharle a Guedes que intente terminar cada jugada. Porque el equipo llegaba y llegaba, abriéndose terreno ante un rival que parecía una sombra de sí mismo, pero todo moría de la forma más infantil. Sentado Soler, que debió salir al campo mucho antes, se ganó en empaque pero se dejaba todo el juego en la frontal del área rival a Guedes y a dos delanteros que no están para jugar en Champions. Así era imposible. Ni alargando el partido varias horas se habría conseguido un gol. .

¿Piccini es italiano?

PicciniPor fin atrás dispuso el equipo de dos centrales como mandan los cánones. Porque los ingleses aún sin querer acaban apretando. El buen trabajo de Garay y Paulista a punto estuvo de echarlo por tierra el de casi siempre. El responsable del fichaje de Piccini debería dar una rueda de prensa de inmediato, asumir su error y, de ser posible, dimitir. Tampoco estaría de más arrojar luz sobre los datos de la operación. Es sencillamente impensable que alguien haya visto jugar a este presunto ciudadano italiano antes de ficharlo. Y si lo han visto y lo han traído, que paguen por ello. La tomadura de pelo es de las que hacen época y Montoya, al lado de este fenómeno, poco menos que Cafú.

Gameiro

Salió quince minutos cuando se suponía que los chicos de Mou estaban ya cansados. Al menos los que disputaron el partido corriendo. El francés tocó tres balones. Los perdió los tres. Otro fenómeno.ese nivel. Le falta la constancia.

Ambición

Es de suponer que Marcelino da el empate por bueno. Llegó un momento, a los diez minutos de la segunda parte, en el que el Valencia era dueño y señor de la situación, pero era incapaz de arrancar un solo pedazo a la tarta inglesa. Kondogbia daba síntomas de no andar fino, Batshuayi se peleaba con sus pies y Coquelin, que tuvo otra buena tarde, no acababa de hacer daño por la banda porque no es extremo. Un entrenador ambicioso habría dado un paso adelante. El del Valencia no lo hizo. Se conformó con el cero a cero, dejó vivo al agonizante y le dio la oportunidad de jugárselo todo en Mestalla. Quizás por entonces la dinámica y el entrenador de los ingleses sean otros y lamentemos la oportunidad perdida. La gloria nunca se alcanza con medias tintas.

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