Los argentinos lo expresan como nadie. «Te desubicaste», dicen ante una reacción, un gesto, o un comentario fuera de lugar. En ese momento, el tiempo se detiene, y el receptor del mensaje, habitualmente, inicia una especie de análisis introspectivo. «¿Será verdad?», suele ser el punto de partida.

Esta acción, sinceramente autocrítica, es una necesidad urgente no solo en el ámbito futbolístico, sino en general, en el inframundo en que nuestro inabarcable ego ha convertido algo tan potencialmente útil y beneficioso como son las redes sociales.

Y es que, como seres humanos, tenemos una tendencia extrema a confundir las cosas. Porque no es lo mismo opinar que faltar al respeto, como tampoco tiene nada que ver, ni en la forma ni en el fondo, la crítica con el acoso.

A ello se suma la simplificación bipolar que nos domina -porque se nos estira interesada y emocionalmente hacia ello y, a su vez, porque entender y analizar la gama de grises es siempre más complicado que el básico blanco y negro-, y nos hace ser pros o antis, divinizar o crucificar, tanto a acciones como, sobre todo, a personas.

O eres proQuico o antiQuico, o proTito o antiTito, o hay que fusilar mañana al amanecer a Vukcevic o eres un estúpido blando que permite que se rían de ti en tu cara. ¿Que no quieres elegir bando?, ¿que te gusta valorar las cosas con (tu ideal de) justicia y por lo tanto, habitualmente, desde posiciones alejadas del extremo? Pues eres un cretino equidistante. Y ya estás, etiquetado y sentenciado por la furia cibernética.

Justificaciones

A todas las aficiones se nos hincha el pecho al decir que somos «la mejor del mundo», pero en la derrota, lejos de ayudar a levantar a los nuestros, lo habitual es coger la pala y ponerse a cavar zanjas. Y sí, el futbolista nunca entenderá que vive en un mundo paralelo, en una burbuja de la que es incapaz de abstraerse por más que lo intente, pero a todos quisiera yo vernos en su piel, a ver si actuábamos mejor... o peor en todos los aspectos.

«Es que son personajes públicos y están expuestos a la crítica». Tampoco tengo claro yo el origen de esa máxima, pero dándola por válida, recordemos nuevamente que la crítica no es el insulto ni la persecución. «Es que ganan mucho dinero. Les va en el sueldo». Pobre argumento donde los haya, nacido de la insana envidia.

El lunes, sufrí escuchando a un Jose Campaña -en mi opinión, solo por detrás de Rivera y Barkero en el top de mejores centrocampistas del Levante UD que yo he visto en toda mi vida- afectado por las críticas que recibe en Twitter, como también sentí vergüenza al escuchar aquel incomprensible momento de burla a un profesional válido y honesto como Oier en su peor día.

Una crítica / 9 halagos

Mi sensación es que nos ponemos poco (o nada) en el lugar de los demás, cuando encima se supone que son los nuestros. Vaya por delante que las personas, al menos la mayoría de las que yo conozco, o no somos especialmente buenos matemáticos, o no utilizamos inteligentemente sus resultados, porque de nueve halagos y una crítica, tendemos estúpidamente a quedarnos con esta última. Pero urge reflexionar en este aspecto.

A los jugadores les pediría que no entren en confrontaciones (que nunca resuelven nada) y, sobre todo, que sean más cercanos (y al club que ayude a ello), porque una sonrisa, un autógrafo, un simple intercambio de palabras de buen rollo, o una respuesta amable a un tuit, generan un fan incondicional de por vida, generalmente con carácter extensivo.

Y a quienes atacan por sistema vía redes sociales (habitualmente, siempre a los mismos jugadores), les diré que tenemos la plantilla más sana de la década, con un potencial, incluso, para volver a llevarnos a Europa. Cuidémosla. ¿Queremos ser diferentes? Construyamos juntos. Vamos disparados hacia arriba. Sepamos crecer. Demostremos los valores de los que presumimos con orgullo. Y no es un sueño, si pulimos los detalles, seremos imparables. Al tiempo.

* Sin Tregua, además de radiar todos los partidos en competición oficial que disputa el Levante UD, se emite en directo en la 97.7 Radio Levante de lunes a jueves de 20:00 a 21:00 y de 23:00 a 00:00 en redifusión.