No queda otra que quitarse una vez más el sombrero y decirle a Paco López que chapeau. Y es que lo que hizo el Levante en el Bernabéu lo hacen muy pocos, prácticamente nadie. En las antípodas de lo que es salir a un escenario como el estadio del Madrid para amilanarse, el míster plantó a sus jugadores con la misión de que no dejaran salir desde atrás a los de Lopetegui. Me encanta esa idea que tiene Paco de presionar siempre tras pérdida de balón con independencia de quién está delante en ese momento. Y no es casualidad tampoco que el equipo en tramos determinados se cargue de amarillas debido a que la orden es clara si el rival supera esa línea para que no le pillen descolocado luego en fase defensiva. De lo que se trata básicamente es de no dar opción al contraataque.

Nueva mentalidad

Entre los méritos de Paco López, lo cierto es que hay uno que está destacando especialmente sobre el resto y no es otro que haber conseguido que jugadores como Rochina y Bardhi, algo que a priori se presumía complicado en ellos, se sacrifiquen y sean solidarios con el resto del equipo. Se trata, sin duda, de un cambio de mentalidad a nivel ya no sólo táctico sino psicológico, en pos del grupo y con resultados. La consecuencia de esta nueva situación en la que centrocampistas de enorme calidad se ponen el mono de faena es que se ha logrado no echar en falta a un mediocentro defensivo.Morales, selección

MoralesCada jornada sorprende más el crecimiento de Toño arrancando desde atrás. Y ha dejado de hacerlo por méritos propios Morales, un futbolista que está a nivel de selección y que actualmente es, junto a un extraterrestre como Messi, el mejor de LaLiga encarando en los uno contra uno por banda. Mientras que otros huyen del rival, él los busca para romperlos. Por verticalidad, desborde y detalles técnicos está muy por encima de otros jugadores que como Lucas Vázquez sí que están siendo internacionales. Su trabajo en los primeros 65 minutos fue descomunal, destrozando al espacio a centrales de la talla de Varane y Sergio Ramos. Su posición como segundo delantero le ha dado una velocidad extra al equipo, mientras que él a nivel individual está claro que ha ganado en eficacia de cara a portería. Su definición ante Courtois fue perfecta tras el gran pase de Postigo.

Donde no llega nadie

Incluso en los peores momentos en los que el Real Madrid tocó a rebato, el Levante estuvo bien plantado en defensa, con vigilancias estrechas y los centrales bien perfilados. El Madrid, como es normal en una situación así, chutó mucho, pero lo hizo siempre incómodo y sin claridad con independencia de que los balones que no lanzaron fuera los paró siempre Oier. Es más, en el gol de Marcelo, a raíz de un contragolpe, hay demasiados futbolistas por el medio que le dificultan la visión, algo que ayudó a que el disparo del brasileño, fuerte pero centrado, acabara dentro de la portería. El Levante fue capaz, pese a lo volcado que estaba el Madrid, de llegar en los últimos 15 minutos a zonas a las que en el Bernabéu no llega nadie.

Siempre verticales

Tácticamente el partido del Levante rozó la perfección y a nivel ofensivo no hay duda de que el sello de identidad de Paco López es el de llegar a la portería contraria sin manosear el balón. Da igual la posesión porque lo que hace el equipo cuando tras dos o tres combinaciones en corto no tiene línea de pase es jugar en largo buscando el espacio y el campo rival. Una política de juego que destrozó a un Madrid con lagunas, desequilibrado y precisamente sin esas señas que eran distintivas de Lopetegui en la Roja.

Más opiniones de colaboradores.