He dejado pasar unos cuantos días antes de escribir sobre las filtraciones con que nos han ido bombardeando el grupo Mediapart, un conglomerado de periódicos que tienen a un hacker buscando las fugas del fútbol. Esas wikileaks que aquí se transforman en Football Leaks parecían ser una revolución y nos esperábamos todos, casi con fruición, degustar los distintos menús que se nos avanzaban conforme el día D llegaba.

Y llego ese día D, pero no fue como el desembarco de Normandía del 6 de junio de 1944 sino que más bien pareció una Bahía de Cochinos, un quiero y no puedo que, a mi entender, no aportó mucho y fue más un derrame que unas filtraciones. El derrame porque se nos inundó de historias, de documentos que, a la postre, no tenían mucha chicha ni deportiva ni legal.

Me quedé, pues, con hambre y, por eso, no he querido dar mi opinión hasta ahora, una vez he podido absorber lo que se nos dejó leer. Y digo dejó, porque no sé si hay más pero si es todo lo que tienen, es muy poco. Veamos a continuación varias de las informaciones filtradas. La primera es, como las golondrinas en verano, una vuelta de tuerca a lo (casi) de siempre: la famosa liga privada europea, fuera del control de cualquier organismo 'oficial', sea federaciones nacionales sea la UEFA. Esta idea no es nueva y ya al final de los años 80 del siglo pasado (que raro se me hace aún hablar así) se gestó una primera idea que firmaron varios clubes europeos y que desencadenó en el famoso G-14.

Pero antes de eso, una sociedad hizo firmar a esos clubes un contrato por el que se comprometían ambas partes, una a buscar más dinero para los clubes (creando esa liga privada europea) y otros apoyándola y, obviamente, entregando a cambio una compensación económica. La UEFA reaccionó con rapidez y creó la Champions League (con un formato arcaico para lo que es hoy) y salvó el primer match ball.

Con más ingresos, los clubes se tranquilizaron pero siguieron, con su grupo de influencia, buscando mayores beneficios. De hecho, los distintos cambios en la Champions, salvo el de hacer entrar en la fase de grupos a campeones de naciones "menos importantes", han servido a las grandes ligas y, por ende, a sus equipos.

Sin embargo, esa idea de la liga europea independiente sigue siempre ahí, como una espada de Damocles contra la UEFA y las competiciones nacionales y sirve como espuela para darle al caballo de Champions y conseguir mayores beneficios cada vez. Esto es lo que se nos ha dicho por football leaks pero ni es nuevo ni el documento que han presentado tiene sorpresas: los clubes son (casi) los mismos que hace décadas...

No entraré en juzgar la legalidad, las posibilidades o el futuro de la idea, pero simplemente diré que, de momento nadie se ha atrevido a dar el paso. Los contras son muchos y, quizá, eso sea lo que no haga que los clubes den el salto hacia adelante, por temor a encontrarse con un vacío.

Otra información es que el PSG y el Manchester City fueron ayudados por la UEFA y, enseguida, se han oído voces y escrito artículos pidiendo la expulsión inmediata (¿?) de esos clubes de las competiciones europeas.

La verdad es que uno se queda atónito cuando escucha y lee esas peticiones, porque ni tan siquiera existe la presunción de inocencia, ni de la UEFA ni, por supuesto, la de esos equipos. De momento, lo que se ha filtrado no es nada que no se conociera: los dos clubes, como otros muchos, llegaron a acuerdos, pero con sanciones, tanto económicas como de rebajar el número de jugadores de sus plantillas.

Es decir, que no hubo perdón a nadie. Estas sanciones se deciden primero de forma independiente, con una primera instancia investigadora y otra sancionadora. Y se pueden equivocar, como lo hicieron con el Milán, que recurrió su penalización por no cumplir con el Fair Play Financiero, acudiendo al TAS, que dijo que la sanción era excesiva y reenvió el caso a la UEFA para que la mitigara.

No ha habido nada extraordinario en estas fugas, al menos esta vez y hay que ser precavido en pedir la cabeza de nadie, cuando ninguna prueba tiene en contra. No estaría mal leerse los cuentos de Ferdinand von Sirach, recogidos en el libro 'Culpa', para darse cuenta de ello.

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