Nos ha costado un mundo, pero ahí tenemos la semana que debería ser la normalidad absoluta, convertida en excepción. El Valencia CF ganó a un equipo menor en Champions, el Young Boys, equipo con nombre de liguilla de empresas, y derrotó por la mínima a todo un Getafe, otro equipo menor, en el último suspiro, y por la mínima. A ver, no quiero romper la magia, que estamos todos muy contentos, yo el primero. Pero tenemos que ser realistas (no de la Real) y aceptar que esto debería ser el pan nuestro de casi cada día. Aunque todos estamos sorprendentemente contentos, si esto formara parte de una quiniela, habríamos acertado todos. Porque una cosa son los temores, y otra las ilusiones. Y los juegos de azar los basamos en ilusiones. Por eso, la banca siempre gana (la de los juegos de azar, y la del impuesto de transmisiones patrimoniales, también).

Precedentes

Ganamos, como en la temporada 12/13, con Valverde en el banquillo, con gol de Matthieu, codo con codo con la Real (de nuevo), y en la 13/14, con Djukic, también 0-1 con golazo de Dorlán Pabón. Para tamaña hazaña, Marcelino se llevó como estandarte a Santi Mina, que juega para el equipo y no solamente para él. Casualmente, Batshuayi no fue ni convocado. De hecho, repitió equipo respecto al Girona y a los suizos, con la salvedad de Parejo «Ya, pero fue de penalti». «Ya, pero hay que meterlo, colega». Kondogbia estaba tocado (además de poco fino) y con el capitán todo ha tenido un sentido. A Marcelino le ha salido bien, así que los anti-parejistas pueden tomárselo con calma, porque la cosa va para largo.

Faltas

Antes de todo, Rodrigo tuvo la oportunidad en los prolegómenos de partido de ponernos por delante, pero lamió el palo, como es habitual últimamente. La suerte no le acompañó, ni al principio ni al filo del descanso. Durante ese tiempo el Getafe metió mucha intensidad al partido, que es una forma muy elegante de decir que reparten estopa hasta en el carnet de identidad. No tengo nada en contra de ese fútbol que muchos califican como anti-fútbol, y que es tan válido como cualquier sistema, siempre y cuando el árbitro no sea fan del mismo. Creo que el Valencia no hizo ni una maldita falta en la primera parte. En cualquier caso, el cómputo global fueron 22 faltas por parte de los azulones, y 6 por los blanquinegres. Lo de «al límite del reglamento» me hace mucha gracia, como expresión de indulto.

Omnisciencia

Era esencial que no se adelantasen en el marcador. En ese sentido, ¿y si Marcelino está en otro nivel? Quiero decir, ¿y si va haciendo su faena calculando coordenadas cartesianas, que a los mortales nos ponen de los nervios, pero él va trazando el sendero? El sendero que primero consistiría en no perder, bajo ninguna circunstancia, tras haber heredado un equipo que era un coladero desde los tiempos de Nuno. No perder a costa de no ganar. Pero siempre y cuando no se pierda, la victoria moral no se la quita nadie. Como los mortales nos olvidamos de las desgracias pronto, empezamos a exigir éxitos al nivel de la solución de emergencia del año pasado en la primera vuelta, que dio un resultado pistonudo, san Zaza mediante, pero que no era lo que quería hacer el míster. Es esto una conjetura, pero... dale una vuelta.

Revisión

Bueno, lo que decía. Si el Getafe de Bordalás se pone por delante, ya no hay 'tutía'. Empiezan a perder el tiempo, a gamberrear, y si Jorge Molina hubiera metido el disparo al travesaño al inicio de la segunda parte, otro gallo hubiera cantado. El partido fue de ida y vuelta, con mucho ritmo, intensidad, y la faena es de los que tienen que visitar el Coliseo. El VAR, por fin, nos dio algo. El agarrón a Gameiro son de los que se denominan flagrantes, y para ese viaje no necesitábamos estas alforjas. ¿De verdad necesitamos la intervención del gran hermano arbitral para rectificar un penalti de libro, con pantalla incluida? Y si decíamos que Parejo es importante porque marcó, no hay que olvidar que a Gameiro se lo hacen. Hay que estar ahí para crear la ocasión. ¡Y la ocasión lo merece!

Alivio

Por fin Marcelino movió el banquillo con acierto, gastando los tres cambios, el primero un minuto antes del 70 (o sea, en el 69...¡albricias!). El Valencia CF ha recuperado la senda de la victoria, en un partido en el que no se hicieron ni más ni menos méritos que en cualquiera de los múltiples empates anteriores. Seguimos en una sensación de ruleta rusa. No se gana con machaque, no somos mucho mejores ni peores que nadie. Lo relevante de los tres puntos de alivio es que vienen justo antes del parón de selecciones. Sumado a la victoria de Champions, tenemos tiempo para pensar qué podemos hacer este año. ¿Se puede soñar? Y tanto. A la vuelta, el Rayo. Aun podemos entonar el 'Living la Liga Loca', que cantó el del perro en el armario.

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