Por si alguno empezaba a tener serias dudas, el Valencia está en bandeja de salida, y queda mucha Liga por delante. Se ganó contra el Rayo un partido tan similar a cualquiera de los que empatamos anteriormente, lo que significa que ni somos tan buenos ahora, ni éramos tan malos entonces. Tenía razón Marcelino cuando dijo que ya era hora, y que esto debería de haber llegado mucho antes. Es curioso, con una victoria tan sencilla de haber obtenido en algún partido anterior -pienso en el Levante, o en el del Celta, el Athletic o el mismo Barça, partidos todos distintos e incomparables, salvo por la volubilidad del resultado-. Pero cada vez tengo más claro que el cuerpo técnico tenía un plan: hacer del equipo un búnker.Muro

Si los goles no entran, no perdemos. Tan sencillo como eso. Estamos todos pendientes de los delanteros: que si Mina, que si Rodrigo, que si Batshuayi, que si Gameiro. Y aquí lo que prima es que detrás seamos un bastión. Gabriel es un muro, Wass se ha asentado en la posición más inesperada, Gayà cumple, y el compañero central al que le toque tiene que seguir el ritmo de Paulista. El sábado fue Diakhaby, que vive días sin tanto estrés para poder coger los automatismos -tomar la decisión más razonable en cada jugada-. Y Garay cuando juega siempre está ahí, sin grandes locuras, pero cumpliendo a la perfección. ¡Cómo sería la cosa que en los minutos finales entró hasta Vezo!

Pareja

Parejo baila ahora con Coquellin, porque Kondogbia está menos fino. Aun así, se recuperará y nos dará tardes de gloria, estoy segurísimo. Es el mejor fichaje que hemos hecho en años, el centroafricano. Pero las urgencias del momento, y el hecho de que Parejo sea el murciélago, guste a más o menos, hace que a su lado tenga que tener alguien, más que fiable, en estado de gracia. En las bandas, Guedes no ha vuelto a ser el huracán que llegó como si no fuera a haber mañana, antes de lesionarse el año pasado. Pero desborda y crea peligro, que es para lo que se le contrató. Y Soler ahí está, haciendo lo que puede, que es muchísimo, pero sin poder lucir todo lo que es capaz de brillar.Delantera

Delante, Batshuayi tiene toque de queda. Es el nuevo Zaza para Marcelino, aunque con la diferencia de que el italiano marcaba la diferencia. Lo de que al míster le interesa que el jugador marque, pero con el Valencia, es línea cómica digna de un sketch. Precisamente porque dice la verdad y lo que todos pensamos. No podemos ser el sparring de la selección belga. De todos modos, pocos goles pondrá en el cuenco el jugador, si no cambia el viento, porque ahora mismo no juega. Sí lo hace, en cambio, mi apuesta personal del año, Gameiro. No sólo dio la victoria contra la Real y forzó el penalti la jornada anterior, sino que inició un contraataque de libro, y Rodrigo se la devolvió con una generosidad inusitada. Tanta, que todos creíamos que había fallado el remate. Pero en la repetición se ve perfectamente que decide hacer lo que hizo: pasarla. Lo contrario al instinto asesino de cualquier delantero.

Rodrigo(l)

RodrigoEs el hispano-brasileño lo suficientemente inteligente como para luchar, bregar, tocar, desmarcarse, irse, regatear, gambeta y pase, aunque luego no marque. El delantero que consigue que no se le valore -sólo- por los goles que mete, ha conseguido la fuente de la eterna juventud, la piedra de Rosetta, el grial, la piedra filosofal, el canto del cisne permanente, la melodía perfecta. Se quita el estrés de encima, se garantiza la titularidad sin agobios y se permite el lujo de jugar para pasárselo bien, más allá de que sabe que tarde o temprano se le van a contar los goles. Pero aún y con todo, tiene la cabeza fría para saber que, siguiendo esa marcha, los goles llegarán. Y qué decir de Santi Mina: dos en liga, dos en Copa, dos en Champions. Pim, pam, pum. Máximo goleador de la temporada. Es nuestro Gladiator.

Semanita

Estos 3 puntos nos han subido en la clasificación como la espuma. Estamos todos los equipos prácticamente en un pañuelo, y hemos resurgido en el mejor momento. Afrontamos semana dura, empezando con el partido del Juventus Stadium mañana con toda la moral del mundo. Sabemos que es un partido dificilísimo, pero tenemos que ir a disfrutar. No se juega todos los días -de hecho, nunca habíamos jugado-. Estuvimos a punto de ello en la fatídica Europa League de 2014, cuando nos eliminaron los sevillistas en semis a puntito de caramelo. Llegamos ahora a un escaparate increíble. Si ganamos sería la bomba, pero eso sí que será un bunker. Y el finde, el Madrid tocado seriamente. Como le gusta a Marcelino, vamos paso a paso, partido a partido. Mañana, a disfrutar. Y el sábado que viene, a dar el bombazo de la jornada. ¡Que somos el Valencia, señores! Ya estamos entrando en calor.

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