Hay días en los que todavía oigo por el Ciutat esa frase que dice 'Baptistao, contigo empezó todo'. Es difícil olvidar cómo cambió todo a partir de aquella mañana del 4 de marzo, cuando el Espanyol nos empató en el último suspiro y desencadenó la destitución del que era hasta entonces nuestro entrenador: Juan Ramón López Muñiz. Llevábamos dos meses en estado de depresión, aburrimiento e impotencia, asumiendo que íbamos a acabar en Segunda, como dos años antes, cuando la llegada de Paco LópezFinal de curso épico

Como no soy de endiosar o satanizar a unos y otros, me gustaría que constara que en mi opinión no era Muñiz, al que siempre habrá que estarle agradecido por el mágico ascenso anterior, el único culpable de lo que pasaba. Por la razón que fuese, quienes saltaban al césped jornada tras jornadas no daban el mínimo nivel exigible para la Primera. Todo lo contrario de lo que sucedería después con Paco. El de Silla supo dar con la tecla y convertir a jugadores endebles y sin alma en fuertes, seguros y, por qué no decirlo, con la pizca de suerte que les había sido esquiva previamente. La metamorfosis fue abrumadora, de tal modo que el Levante se convirtió en un ejemplo de valentía y de un fútbol que no habíamos visto desde hacía muchos años. Y así, gracias a un final de campeonato épico, dejamos de estar prácticamente desahuciados para lograr la salvación por anticipado.No más que nosotros

Mentiría si dijera que estoy contento con el final de año del equipo. No lo escribo por criticar sin más, sino porque tengo la sensación de que en los últimos partidos podríamos haber sumado más de lo que lo hemos hecho. Voy a citar tres partidos como ejemplo, los de Huesca, Eibar y Rayo, en los que a mí no me vale las justificaciones esas de que 'somos el Levante' o 'hay que saber de dónde venimos'. Con todos los respetos, esos equipos no son más que nosotros. En mi calendario particular, una vez jugado ante el Barça ante el Ciutat, la visita a Vallecas estaba marcada en rojo en el calendario.

Mayor eficiencia

Por supuesto que quiero que mi equipo sea alegre y atrevido, porque además ha demostrado con Paco que puede serlo, pero eso no debe de estar reñido con una mínima eficiencia defensiva. Aunque marcar goles es una buena manera (sino la mejor) de sumar puntos, también no encajarlos da muchas veces resultado. Veremos qué nos depara 2019. ¡Feliz Año y Siempre Levante!

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