Aunque la premisa es la misma de siempre, al menos cambió el final. Un final con épica, por cierto. Aunque el desarrollo es lo mismo. El Valencia CF empieza con ocasiones, las falla, y los contrarios generan una ocasión de gol, generalmente a balón parado, y se adelantan en el marcador. Eso supone una terrible pendiente cuesta arriba para el equipo. Pero esta vez los cambios funcionaron. Si hay algo que se le podía reprochar a Marcelino era su forma de leer los partidos, sometido a cambios en minutos rígidos, y sin que las alternativas solucionaran la papeleta. Pero al cambiar a Soler (que lo estaba haciendo bien) y Cheryshev, y con CheryshevGameiro. Lo cual significa que evolucionamos, que quizá el míster ha hallado la incógnita que faltaba en la ecuación que nos arrastraba al abismo.

Serendipias

Como en la 93/94, en la temporada del 75 aniversario, también perdíamos en Vigo (con Cañizares en la portería céltica), y con Arroyo y Quique logramos remontar. Rielo de solución de emergencia, mientras Hiddink regresaba. Son serendipias curiosas, porque atendiendo a las señales, hay motivos para la esperanza a corto plazo. Pero a lo que íbamos. Dos cambios de golpe en el minuto 60 (¿quizá el nuevo minuto 'fetiche' a partir de ahora?) y un gol del joven incorporado, y gran asociación de Kevin con el jugador franquicia, aka Rodrigo Moreno. Por lo que respecta a Ferran, parece que por fin ha despertado, con todo el equipo. Ya lo hizo ante el Sporting, y parece que se ha liberado. Pero es que tenemos que ser justos. Va a cumplir 19 años...¡y ya he leído críticas serias comentando que no está dando el nivel! ¿Qué nivel? ¿El tuyo cuando tenías 18?

Presión

Definitivamente, estamos totalmente locos. La faena es no trastocar la mente moldeable de un chico que está demostrando que tiene agallas (por no decir huevos) para demostrar que tiene capacidad para hacer surcos en la banda con las huellas de sus tacos. De todo lo visto, destaca también la caída al césped de Rodrigo(muy al estilo de Ronaldo en el United cuando ganó la Champions a pesar de su actuación) que a mí no me entusiasma, porque soy un espectador frío y desengañado. Pero a la peña, en general, le molan los gestos (y dependiendo de quién los haga, algunos tertulianos pueden comer de ellos durante un mes). No nos volvamos locos. No hemos hecho más que ganar dos partidos seguidos, y no de la misma competición. Seguimos mal.

Copa

La suerte en Copa parece que puede iluminar el camino de la primavera. El Getafe es factible, y con la vuelta en casa, más. Tampoco lancemos las campanas al vuelo y digamos que es una oportunidad histórica, pero podemos tener una esperanza para salvar una temporada aciaga. Si lo hicimos con Koeman y estábamos peor, ¿por qué no esta? Podrán decir que aquel equipo no tenía comparación, por el nivel de los jugadores. Pero aquel equipo también ganó mucho menos de lo que podrían haber ganado, conforme a ese nivel, que se ha exhibido más en equipos ulteriores que cuando los teníamos sobre el césped de Mestalla. Así que los nombres los hacen las gestas. Y este año aún podemos labrar una. ¿Por qué no?

Compromiso

Los jugadores están con el entrenador. Hacen piña con él, lo celebran juntos. Se emocionan, luchan, no están en huelga de botas caídas. Todo eso permite defender la continuidad del cuerpo técnico, sin demasiadas fisuras. Y encima, las redes sociales las usan los protagonistas para defender esa idea. Parejo suele ser adalid del asunto, con mensajes que no hacemos mucho caso, pero que echaremos de menos, en el futuro, a medida que el fútbol se enfría y se mueren las pasiones para mantener el zoco en el que se ha convertido. Contrastan sus textos de exaltación estilo 'Gladiator' con su aparente frialdad en el campo. Siempre se le acusó de ser un 'pecho frío', pero en momentos como estos, las mentes frías son imprescindibles.

Receta

Garay y Torres también hicieron mención en sus cuentas de Instagram de que aquí no se rinde nadie. Y creo que, así como en muchas ocasiones los aficionados dan ejemplo a sus jugadores de lo que es capacidad de resistencia y fe, en este caso, cuando muchos estábamos perdiendo la esperanza, son ellos, que están día a día metidos en el ajo, los que nos comunican que están haciendo todo lo que pueden, aunque la suerte (en la que ya saben que yo no creo demasiado) no nos haga ni caso. También podemos nosotros no hacer ni caso, y seguir metiendo presión. Pero es bueno hacerlo desde un punto sano. El equipo sabe que la grada de Mestalla está con ellos, a tope. Y más este año. Sólo tenemos que estar todos unidos. Es la única solución para cambiar el cuento: escribirlo nosotros, y no que nos lo escriban los rivales.

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