Dicen que, en la vida, los trenes pasan una sola vez. Al Valencia CF el tren se le escapaba por sistema, no iba con determinación hacia la estación, se hacía el remolón y los días pasaban, los meses, casi el año. Pero, en algunas ocasiones, los trenes no parten, o salen con retraso, o tienen una avería, o se juntan los astros y se dan una serie de aconteceres que permiten llegar a la estación tarde y mal y, aun así, subir al vagón. El Valencia ha tropezado mil veces, ha hecho todo lo posible para perder esta Liga, se ha esmerado en hacer las cosas mal, con ahínco y alevosía. Pero el tren todavía no ha partido, por la razón que sea, y resulta que el equipo llega a tiempo de todo. Quizá no de ganar la Liga, pero sí de clasificarse para Champions, de ganar la EuropaRespeto

En la vida es necesario hacerse respetar, y algunas veces la manera de conseguirlo es rompiendo las leyes de la prudencia y el sentido común. Es necesario dejar clara tu posición, para que te tomen en consideración. Se habla de que el Betis tiene complicada 'su' final, aquella que le otorgan como propia solo porque han designado su estadio como sede de la final de Copa. Y ahí está el problema. En que no acabamos algunos de entender por qué el Benito Villamarín es sede prioritaria, por delante de Mestalla en el año del Centenario del Valencia CF. Pero no sabemos hasta qué punto el Valencia ha insistido o presionado para dejar claro que era lo justo y necesario. Ahora parece que al personal ajeno a la contienda le da cierta lástima que los verdiblancos corran riesgo de perder ese momento, pero en realidad esa final solo tenía que haberse jugado en València, este año.

Ajedrez

Como no se debe vender la piel del oso antes de cazarlo, dejemos este debate para un futuro cercano, porque antes de ello el Valencia CF tiene que hacer frente esta tarde a la Real Sociedad, en un duelo entre equipos unidos en la tabla con los mismos puntos. La cercanía es tal, que se prevé un enfrentamiento más estratégico que los que se daban entre Kárpov y Kásparov. En la ida, rompió la baraja Gameiro Con trabajo y dedicación las nubes pueden alzarse, como le está ocurriendo al francés. Sea casualidad o no, los cambios de caras y rutinas en el vestuario le han afectado positivamente, directa o indirectamente. Tres goles y una asistencia en el último mes le avalan, con el ojo a la virulé, como Rocky Balboa o Mortadelo.Regresos

En el Villamarín vivimos una remontada para la historia. El equipo recuperó la seña de identidad con un Parejo espectacular, y ParejoRodrigo, en una asociación que ya hace la boca agua a la mayoría de seguidores, porque se antoja infinita, en detrimento de un Santi Mina muy cumplidor, al que quizá le falta la dosis de potra que su entrega le suele otorgar. Si a eso le sumamos que Kondogbia parece querer regresar a por sus fueros, y que Guedes está que se juega encima, podría darse el caso en este curso de que el equipo haga lo contrario a lo que los equipos de Marcelino suelen hacer: en vez de ir de más a menos, este es el año en el que vamos a ir de menos a más. Nadie en la grada daba un duro por este equipo, hace tres semanas.Citas

Gameiro siempre acaba marcando goles, esté bien o mal, juegue más o menos. Tiene velocidad y gol. También está recuperado para la causa CheryshevA lo mejor la culpa es del Betis. Los béticos dan la sensación de jugar al mismo ritmo y con los mismos mecanismos, ganen 2-0 o pierdan 0-2. Tuve la oportunidad de comprobarlo in situ este año, al asistir en Sevilla al Betis-Valladolid, por circunstancias azarosas de la vida. En los próximos días tenemos cuatro partidos, así que conviene relajarse. Tras la Real, la semana que viene, el Espanyol, y dos jueves contra el Celtic de Glasgow, nada menos, allí donde también cantan el You'll never walk alone como si fueran uno. Se respira optimismo e ilusión, cuando hasta hace nada pasaban bolas de heno por nuestras mentes.

Cambios

Sobre Guedes, hay partidarios de introducirle en la ecuación lo antes posible. Otros son partidarios de no tocar nada. Anteriormente, hemos criticado la aparente rigidez de Marcelino a la hora de hacer cambios o de otorgar titularidades, pero lo cierto es que el propio entrenador parece haberse liberado de un rígido corsé a la hora de tomar decisiones, y sus cambios (por fin en minutos decisivos) marcan el devenir de los encuentros. Conviene dejarle trabajar y confiar en su instinto, y que él mismo también lo haga. El Betis no llegaba a una semifinal desde 2005, y el Valencia lleva desde 2012 nada menos que seis semifinales. Las finales son necesarias. Sin finales, nos pudrimos. Estamos hasta el gorro de no jugar finales. Todos necesitamos una final. Finales, para volver a empezar. Como la película de Garci.

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