Pasó cada vez que bajamos, todas las ocasiones en que nos arruinamos. Sucedió al acabar la Guerra Civil, en los 70, tras el doble descenso post Cruyff y después del doloroso ocaso villarroeliano. El Levante UD siempre vuelve. Y cada vez, para maldición de nuestros enemigos, lo hace más fuerte. Así que, dudas al respecto, ninguna.

Y esta, no nos engañemos, es una crisis menor, ridícula al lado de aquellas. Pero hay que respetarla como tal, aceptarla y enfrentarla.

Son 6 puntos de los últimos 27, pero sobre todo, la sensación de que una especie de fatalismo se ha empeñado en golpear durante los últimos días al, por otro lado, tan fácilmente angustiable corazón granota, herencia del puñetero yunque de la adversidad que algunos se empeñan absurdamente en añorar.

Otros, una mayoría cada vez menos silenciosa, harta de dramatismos y amante del gozo vital que supone cada nueva gesta granota, en vez de convertirnos en paños de lágrimas y/o lastres ególatras cibernéticos, elegimos buscar soluciones y luchar por ellas. Ahí van las mías, por alguien tiene a bien valorarlas:

1.- Se busca líder. Razón: Levante UD. Bienvenido sea que un cedido por el eterno rival como Rubén Vezo hable en un descanso para ayudar a corregir errores, pero no es buena señal, porque evidencia una necesidad. Este Levante UD carece de líder más allá de su entrenador, que necesita prolongaciones en el campo.

Es la hora del carácter, el momento de que alguien (a ser posible más de uno), cuando las cosas se tuercen en el verde, reaccione, pegue cuatro gritos y dé ocho palmadas de ánimo. Y, sobre todo, que mire a los suyos con fe. Coke, sé tú mismo de una vez; Morales, Borja, despertad; Roger, Campaña, Rochina, Enis... Vamos, es vuestro momento. Y si a tus 23 años los tienes que espabilar a todos tú, Erick, hazlo.

2.- Somos los que estamos. Toño, ni está, ni tiene pinta de ir a estar a corto plazo; Boa tiene pie y ¾ en China; Vukcevic ha agotado el cupo de oportunidades y el Caso Remeseiro es irreconducible, al menos en el Ciutat. Asumámoslo y miremos adelante. Apostemos por los que están física y mentalmente. Simon, con continuidad, promete; a Dwamena, el míster tiene ganas de darle la alternativa, algo debe ver en él; Luna fue la mejor noticia de la derrota en Vitoria (no es el exfutbolista que temíamos, y su regreso abriría un abanico táctico enorme). Es su hora.

3.- El peligroso foco interno. Ya que no van a asumir su cuota de responsabilidad en esta crisis, no estaría de más, al menos, que los generadores internos de inestabilidad se estuvieran quietecitos un tiempo, porque queriendo buscar/crear argumentos que justifiquen la no continuidad de Tito, se han pasado de frenada con el ventilador detrítico.

4.- Cada mañana, frente al cristal. Serán 10 segundos, no más. Jugadores, miraos al espejo todos los puñeteros días, y decíos a vosotros mismos lo que a algunos se os ha olvidado. Sois buenos, muy buenos, capaces de ganar 4 partidos seguidos, de golear al Barça, de profanar el Bernabéu... ¿o me estoy inventando algo?

5.- Y yo, aficionado, ¿qué puedo hacer? Pues la gradación es amplia, y depende de la voluntad. Los hay que basta con que, antes de vomitar su odio vía whatsapp o twitter, se den un buen martillazo en los dedos. Y a la mayoría restante, os diría que sois más importantes de lo que creéis, que cualquier gesto suma, y que cuando los regresen las victorias, que volverán, serán vuestras victorias. Hoy, todo granota tiene el poder de influir en el futuro del decano valenciano. Aprovechémoslo para bien, lideremos una nueva resurrección... Y a volver a vibrar.

* Sin Tregua, además de radiar todos los partidos en competición oficial que disputa el Levante UD, se emite en directo en la 97.7 Radio Levante de lunes a jueves de 20:00 a 21:00 y de 23:00 a 00:00 en redifusión.

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