Por lo que cuentan quienes la vieron y/u oyeron, la rueda de prensa previa al Derbi derivó en una hora de conversación sin desperdicio. Entre bambalinas, los técnicos de Valencia CF y Levante UD hablaron del duelo del día después y, sobre todo, de cómo y porqué juegan (o no) de una manera u otra dos auténtico enamorados del 4-4-2. Paco López y Valencia CFLevante UDPaco LópezMarcelino, de tal manera que cuando para uno se pedían honores al otro justamente se le ponía en la picota, y viceversa. Ahora es la cabeza del de Silla la que reclaman muchos, subrayando los errores en su gestión -que los hay- y olvidando tanto las virtudes demostradas como los defectos de forma de la plantilla y las pocas probabilidades de éxito que ofrece un relevo en el banquillo a estas alturas.

Calma en el peor momento

No solo hay que tomar ejemplo del gesto de Parejo, aplaudido en ambos lados de forma mayoritaria. También de cómo campearon en Mestalla su crisis de principios de 2019. Cambiemos a Paco por el Marcelino de entonces y lo entenderemos: manteniendo la calma y contando con el apoyo mayoritario del vestuario se puede regatear el drama y acabar el curso en objetivos. Pero que nadie se engañe: la paciencia y la exigencia no tienen porqué estar reñidas. Entrenador y jugadores están obligados a combatir la endeblez defensiva y a balón parado, pero especialmente las sensaciones de inferioridad, de desorientación y de darse por perdidos antes de tiempo que transmitieron el domingo. No se trata de coger de la pechera a alguno -como a más de uno le gustaría, al estilo Aragonés-, si no de aplicarse en cada acción, apretar los dientes y quitarse los complejos de encima. De disfrutar en el campo, como a su llegada inculcara Paco, si de verdad no hay dudas sobre el estilo y la temeridad que supondría ponerse a defender como locos.Chuminadas al margen

El cambio de parecer de la jueza única de Competición en el 'caso Chumi' se comenta solo, así que no merece la pena perder tiempo con el asunto. Tampoco hablando de lo que aportarían ahora Prcic y Boateng, por mucho que yo mismo crea que el ghanés hacía más papel que los 12 millones ingresados. Hay lo que hay en la plantilla, y con eso se puede y se tiene que salir adelante. El momento para valorar si es pertinente empezar otro proyecto de cero, banquillo incluido, será otro.