El Levante UD tiene que hacer muchísimo más que los rivales para ganar y, aunque subsanable, eso es sin duda un auténtico problema, especialmente en partidos como el disputado contra el Espanyol en el que el empate fue a la postre un resultado justo. Los mejores minutos se jugaron paradójicamente en inferioridad tras la expulsión de Rochina, pero a pesar de que el equipo no se abrió lo que le habría gustado a Rubi, ese rato de fútbol fue insuficiente. Los 61 goles en contra hablan por sí solos de la fragilidad defensiva de un equipo al que le marcan casi de la nada y que concede demasiados espacios. Compensar el déficit del juego atrevido se hace un mundo. Y para más inri, a diferencia de en anteriores jornadas, los puntos que vuelan ya no son por una cuestión de mala suerte o por las injusticias arbitrales.

Reparto de minutos

Paco López rescató su once tipo con la inclusión de Borja Mayoral. Pero la mejor versión del Levante no volvió con Toño, bastante entonado en su reaparición, ni tampoco con un Jason al que el técnico ha decidido no sacrificar para toda la temporada en casa por encima de la división de opiniones en la grada. Aunque jugasen casi los mismos con los que el equipo ha dado su mejor nivel, este momento final de la temporada es muy distinto al del principio. El nivel físico y mental de los futbolistas es otro. Y la confianza también. Hay futbolistas que están jugando con la energía ya de reserva pero que aun así son tan importantes para el buen funcionamiento del grupo que dosificarlos no es una opción plausible. Morales, que ya no tiene la misma facilidad que antes para el desborde, es el ejemplo más claro. Por contra, en casos como los de Vezo o Mayoral ocurre lo contrario. Los dos están frescos y menos castigados en minutos y es ahora cuando más suman. A diferencia de otros jugadores fuera de la rotación y en claro déficit de minutos, ellos sí que están dando un plus.

El Betis y la presión

BetisLos goles encajados son un lastre al que a falta de cinco jornadas es complicado encontrarle una solución estructural. Tal y como está la clasificación no queda otra que ir a muerte con las ideas y cambiar lo estrictamente necesario para ganar como sea las finales que quedan en casa. De momento las primeras únicamente se han empatado, pero hay que confiar en romper la mala dinámica por fin este miércoles y sobre todo en eludir como sea el riesgo de verse por primera vez en puestos de descenso. Pese a que la inercia de arriba a abajo es muy peligrosa para cualquier equipo, el punto contra el Espanyol puede ser de oro en un final de LaLiga en el que cada jornada va a ser una historia. La próxima, ante el Betis, un rival de muchísima posesión ante el que habrá que calibrar donde es mejor colocar la línea de presión.

Más opiniones de colaboradores.