Luego el tiempo acabará poniendo a cada cual en su lugar, pero de momento, y con el melón por abrir, todo apunta a que el Valencia CF. Después de un verano, el anterior, en el que se dejaron en manos del entrenador decisiones estratégicas de club, que terminaron con movimientos en la plantilla bastante discutibles, esta vez cada cual parece haber vuelto a su sitio. El club ficha y el entrenador utiliza lo que le ponen a disposición. Como tiene que ser.

De todos los errores, y fueron varios, que cometió el Marcelino. Ese vacío estuvo a punto de dejar al equipo sin Champions y para llenarlo llega Maxi. Un chico que está empezando pero que apunta maneras. En la operación, a todas luces beneficiosa para el Valencia, le ha venido como anillo al dedo al club el factor Mina. Tan importante se antoja la llegada de un goleador de verdad como la salida de uno que nunca acabó de serlo. A los delanteros se les juzga erróneamente solo por los goles que marcan, siendo a menudo los que fallan o los que generan para sus compañeros referencias más veraces de su capacidad. Mina marcaba pocos para un nueve del Valencia, asistía todavía menos y fallaba mucho, muchísimo. El valor en la guerra se da por descontado, de manera que se vuelve a Vigo no habiendo pasado de la condición de promesa, acaso eterna.

De muy acertado cabría calificar también el trueque Neto El brasileño careció siempre de la ambición que se supone a los grandes deportistas y seguramente por ello se venía abajo en las citas importantes. Cillessen podrá encajar mejor o peor, pero ha escapado del Barcelona cuando ha quedado claro que en Ter Stegen tiene un muro que jamás podrá derribar. Uno tiene la sensación de que el Valencia, como sucedió con el caso Alcácer, le ha metido un gol por la escuadra a los azulgranas.

De allí, además, nos querían encasquetar a Denis. El verano pasado habría terminado por venir, siendo, como era, una recomendación del entrenador. Esta vez el club se plantó con todas las de la ley: venía a ocupar un carril en el que ya tiene a Guedes y Cherishev. Una marcelinada sin sentido.Ningún sentido tenía tampoco perseverar en la opción Guedes

Lato Al chico no le han faltado oportunidades en esta última temporada, pero jugaba cada vez peor. Su bloqueo mental solo puede hallar solución lejos de Valencia. De momento no ha mostrado capacidad para jugar aquí.

Ojo, por otro lado, a Jason. Es un futbolista que llega sin la vitola de otros, pero que no es ningún novato: en el Levante ha hecho partidos más que notables. Viene a cubrir, además, un espacio en el que ni Soler ni Ferrán han estado especialmente brillantes en la última campaña. A coste cero es una apuesta con escaso riesgo.

Nada de todo lo anterior igualaría, en todo caso, el valor del regreso de Mi General al Valencia. Porque hay fichajes y futbolistas, y además está Otamendi. Nadie en la última década ha calado en la grada como lo hizo el argentino, ni genera en el valencianista ese cosquilleo que solo los tipos grandes, muy grandes, consiguen de su hinchada. A uno se le pone la carne de gallina sólo de imaginarlo clavándosela al Madrid o al Barcelona y rindiendo luego tributo a la grada de Mestalla, mano desplegada en la sien. Demasiado bonito para ser verdad.

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