Se perdió en Vigo, y varias voces ponen el dedo en la crisis institucional, en el guirigay que se ha montado desde Singapur y que ha tapado el debate futbolístico. Pero lo cierto es que este partido ya lo hemos jugado antes. Con demasiada frecuencia. Consiste en que nos meten un gol y nos ganan el partido, que se pasa más veloz que las coplas de Jorge Manrique, como se pasa el tiempo, tan callando, sin generar ocasiones claras y penando por el césped. El año pasado tuvimos sacos de partidos similares, sin que hubiera crisis. Se nos olvida el calvario de más de media temporada, donde llegamos a temer un 'centenariazo' sonoro. El título final, engalanado con la cuarta posición, tapó las miserias. Pero partidos previsibles, sin chispa, sin ideas y sin huecos hemos visto muchos. Ese equipo es tan reconocible como el que juega a lucirse.Gato

Cuando el mejor jugador de tu equipo ha sido el portero, ya está todo dicho. Cillessen parecía un gato rabioso, dando saltos y poniendo manoplas en los vértices de los tres palos, para evitar que el barco se hundiera del todo. Llegó a adivinar el lanzamiento de un penalti a última hora que le paró a un muy motivado Denis Suárez, quien parece estar obsesionado por lo que pudo ser y no fue. El hecho de que ambos jugadores se conocieran del Barça hizo que protagonizaran un duelo bajo el sol, a modo personal, que en esta ocasión benefició al valencianista. Nos alegramos, para que no convirtiera el partido en su reivindicación por el fichaje frustrado. Sobre el penalti, se podría hacer una tesis. Dos partidos y dos penaltis cometidos en el último segundo. Garay arrolló a Denis como un tren de cercanías, y deslució así un buen trabajo previo. Hacemos agua con mucha facilidad.Maxi

Siendo Cillessen la estrella, no pudo sin embargo atajar el taconazo del 'Toro' Fernández, que está en Vigo para cubrir el hueco que dejó allí Maxi Gómez, y que de momento tampoco ha cubierto en Valencia. No era mala idea sobre el papel colocarlo junto a Gameiro, siendo de tan diferentes prestaciones y, sin embargo, aparentemente complementarias. Si se compenetran bien, podríamos encontrar similitudes en las duplas Penev-Eloy, o Carew-Juan Sánchez. El problema es que para hacer eso, hay que sacar de la ecuación a RodrigoNo jugó de inicio para proteger su valor en el mercado? ¿Quizá porque vive tiempos complejos? ¿Para irnos acostumbrando a lo que pudo ser y no será? Lo desconocemos, pero siendo un futbolista tan comprometido y en su estado de forma, prescindir de él parece un antojo que no nos podemos permitir, al menos hasta que se largue de verdad.

Números

Este equipo es otro con Rodrigo Y no se vislumbra alternativa. Es verdad que el máximo accionista se mueve con la sutileza de un elefante en una cacharrería pero, diga lo que diga el entrenador sobre la posibilidad de que algunos jugadores duden del proyecto, o que la tormenta de directivos ha afectado a las botas de los futbolistas, la realidad estadística es más cruel. Hemos empezado exactamente igual que el año pasado: 1 punto de 6 posibles. La temporada pasada empatamos 1-1 ante el Atlético de Madrid (gol de€ Rodrigo, qué cosas), y empanamos 2-0 en el RCD Estadium, es decir, Cornellà de tota la vida. Lo de Maxi, por tanto, no ha empezado bien. Tiempo tiene para acoplarse, que ya sabemos que Mestalla es una trituradora de talentos, por la emergencia de triunfar en el plazo establecido.Credibilidad

Siendo la responsabilidad del entrenador sacar jugo a sus futbolistas, y a pesar de que ya sabemos que es un entrenador muy peculiar y tiene sus cosas, tiene aval: los dos años al frente del timón. Por tanto, la credibilidad está fuera de duda. Si te pide a Rafinha o a Denis Suárez, hazle caso, hombre, que al fin y al cabo es el que ha conseguido que el vestuario fuera una piña y que los jugadores estuvieran a muerte, y encima ha dado un título al club. En vez de estar ilusionados, vamos todos cabizbajos, y la cara del entrenador transmite resignación. Al final de la corrida, vislumbramos una depresión en la curva de la felicidad, que ya veremos qué velocidad coge a partir del 2 de septiembre, cuando haya empezado la temporada oficiosamente con el mercado de fichajes cerrado.

Examen

Esa es otra: que LaLiga empiece antes de que se cierre el mercado y un jugador pueda estar en dos equipos en la misma temporada es tan cutre como cambiarse de camiseta y equipo en el barrio, cuando había que equilibrar el partido porque a Jaimito su madre le requería para ir a cenar. Nos faltaba la lesión de Carlos Soler, que nos ha dejado tocados. No es fácil su recambio, y eso da idea de lo importante que es el jugador, a pesar de no jugar donde más podría brillar. Para colmo de males, las molestias de Paulistano dejaron hueco para poder intentar un revulsivo como Cheryshev o Kang In. Debemos pasar página cuanto antes, porque esto era la introducción. A partir de ahora, vienen las emociones fuertes: sorteo de Champions, examen de Mestalla ante el Mallorca y cierre del mercado.