Dan ganas de reír, por no llorar. De hecho, nuestros enemigos se lo deben estar pasando piruleta. Sí, sí, se ríen de nosotros. De todos, porque al fin y al cabo es la gente la que conforma el club. Porque recuerdo que esto es un 'club'. Aunque a continuación vayan las siglas 'SA'. Esto es una SA pero, sobre todo, esto es un club de fútbol. Así que a partir de ahora voy a hacer una distinción. Hablaré de club para incluirme, y de sociedad para hablar de la gestión. Aunque tengo acciones, es decir, soy socio —y de los burros que picaron en su día en la ampliación de capital—, como mis acciones valen menos que un sello falso de Franco, y mi voz y mi voto son un grano de arena en el desierto, hasta el punto de que se refieren a mí como 'abonado', haré la distinción.

Indignación

El desastre que se ha montado no sale así ni adrede. Mal todos, menos la afición. El club es inmortal e intocable. Pero la sociedad recuerda al 13 Rue del Percebe. Cada día tiene miga para una viñeta. Observo que, pese a que la prensa, en líneas generales, mantenga una línea editorial común, el personal de a pie está más dividido. Hay abonados, casi todos, indignados con la gestión singapurense, que están que arden. Muchos tienen endiosado a Marcelino. Otros, que no son tan pocos, piensan precisamente que el endiosado era el propio Marcelino, y que MarcelinoLim

No tocar

En cualquier caso, entre que el singapurense tiende a la entropía, y que Marcelino le ponía el capote en ruedas de prensa cuando no hacía falta, han dado todos el perfecto ejemplo de lo que no hay que hacer después de ganar una Copa del Rey. No se salva ni uno, salvo AlemanyNadie contaba con que el accionista mayoritario de la sociedad no tuviera las tragaderas de otros dirigentes europeos. Al fin y al cabo, Lim is different. Pero no era el momento de nada. Porque hay una verdad universal, sin prueba científica empírica, pero que, como la Ley de Murphy, existe: «Si algo funciona... ¡no lo toques!». La decisión de fulminar al entrenador es tremenda. La rueda de prensa posterior del mismo, también.

Objetivos

Presidentes que pasaron de la copa a priori me temo que los ha podido haber de todos los equipos, razas y nacionalidad. Otra cosa es cuando la tienes a tiro. Ahí se apunta hasta el entrenador. No sé si me explico. Revisemos resultados y cronología. Llevábamos clasificados para la Final de la Copa del Rey desde que en febrero elimináramos al Betis. Es decir, desde el 28 de febrero hasta el día de la Final, el 25 de mayo, el Valencia estaba enfangado en Europa League y Liga. Casi tres meses. Se ganó 1-3 en Villarreal (Europa League), luego en casa 3-1 el Derbi con el Levante UD (Liga), y en la vuelta en Mestalla contra el Villarreal, con la victoria encarrilada, se mantuvo innecesariamente en el campo a un advertido Coquelin que se llevó tercera amarilla en el último minuto, y sanción frente al Arsenal: momento crítico de la temporada.Calendario

Se ganó al Betis en Liga 1-2, con doblete de Guedes. Luego vino otro momento crítico, al perder dos partidos seguidos: contra el Atlético en Madrid, 3-2... y contra el Eibar, inesperadamente, en casa: 0-1 en el minuto 94 (antes la tuvo Santi Mina en el 87 que, mira tú, ya no está aquí). El Valencia CF tenía que ganar los tres partidos restantes en LaLiga para optar a ser cuarto. Pero antes venían curvas, es decir, el Arsenal en Europa League. No podía ser en peor momento. Se palmó en Londres, 3-1. Entre medias, en Liga, se gana en Huesca 2-6. Y en la vuelta de Europa, 'los pupilos de Emery' (me nubla esa expresión) endosaron 2-4 a Mestalla. Luego, se ganó 3-1 al Alavés en casa, y el Getafe, que parecía que iba a ser cuarto, perdió en el Camp Nou. Finalmente, 0-2 a un Valladolid que no se jugaba nada.

Desastre

Esos son números de Marcelino, tan reales como los primeros tres meses que pasaron sin ganar en LaLiga en casa. Así que la Final de Copa se disputó acabada la Liga. Solo quedaba disfrutar. No cabe en el sano juicio de nadie pensar que ahí, con la Liga acabada, se quiera perder. Otra cosa es lo que se hubiera verbalizado sobre objetivos antes de la eliminatoria contra el Betis. De todas formas, ya da igual todo. Es un desastre. Hasta el sustituto. No por Celades, que tendrá todo el apoyo de la grada para que le salgan las cosas bien. Sino porque su nombre no habría entrado en la quiniela de nadie, aquí. Ya lo decía Don Quijote: «La razón de la sinrazón, que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura». Sustitúyase por «metedura». Del Barça, ni hablemos: Marcelino jamás encajó cinco. Y el Chelsea de mañana le metió el sábado otros cinco a los Wolves de... Nuno. Ay.

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