La International Board ((IB) se reúne el próximo martes 3 de diciembre, para celebrar su junta anual y comprobar que las Reglas del Juego del fútbol siguen ahí y, por si acaso, se han de modificar o añadir alguna. Este año, tras el VAR, viene la sustitución a tiempo parcial y no es una broma. Y es que los miembros de la IB se van a pensar si aplicar una nueva norma que ya existe en el rugby. En este deporte y, al parecer en el fútbol próximamente, se producen sustituciones parciales.

Y éstas serían, como en el deporte oval, cuando existiese una concusión o conmoción cerebral, es decir cuando en un choque, un jugador quedara tendido en el suelo, producto de un golpe en la cabeza. Esto, que se lleva a cabo en el fútbol americano y en el rugby, no tiene la misma significación, ya que en el primero, las sustituciones van y vienen, como en balonmano.

Pero ni en el rugby ni en el fútbol se podían producir. El primero ya lo admite y se puede sustituir temporalmente a un jugador hasta ver si puede recuperarse de esa concusión o si el cambio es definitivo. La IB, ante la llamada de muchos médicos deportivos, y con una alarma, sobre todo en las categorías inferiores, está pensando utilizar esta misma regla. No está aún claro que se apruebe este martes, porque se pretende que una comisión médica de una valoración más precisa sobre los riesgos de una conmoción cerebral y de la utilidad de que una sustitución ‘parcial’ exista.

Algunas voces indican que si hay peligro, no debería dejarse al futbolista continuar, aunque parezca recuperarse después de unos minutos, ya que el golpe ya se produjo y las consecuencias no se pueden conocer enseguida, y menos sin que el jugador se someta a unas pruebas mayores y que, por lo tanto, ¿para qué tener una sustitución temporal cuando se puede hacer una definitiva?

Otras, sin embargo, abogan por la utilización de este esquema reglamentario, que se lleva a cabo en el rugby de forma satisfactoria y permite que el equipo siga con 11 hasta ver que el jugador golpeado se recupera Y es que no es un cambio seleccionado por el entrenador, sino un producto de un lance de juego y quizá no le interesa hacerlo.

De una forma u otra, hay aspectos positivos y negativos en ambas posiciones y, como en otros casos, lo más lógico sería ponerlo en práctica de manera no definitiva, a la espera de ver y apreciar los resultados a los que se llega. Y, se me ocurre, que quizá, por motivos tácticos también debería pensar la IB en admitir sustituciones temporales, como la de un portero ‘para penaltis’ que se encuentra en el banquillo y que, a modo de lo que ocurre en balonmano, salga a ver qué puede hacer y, tras su labor efímera, volver al frío del banco de suplentes.

Existen evoluciones tecnológicas como el VAR pero esta que se pretende o la que acabo de enunciar, pueden ser de protección del futbolista o meramente táctica. Habría, sin lugar a duda, que seguir ahondando en ello. Y, a la espera de que nuestros amigos de la IB lleguen a una solución, aprovecho para recomendar la nueva novela de Carmen Mola, la ignota autora, ‘La red púrpura’. Que la disfruten.

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