Maxi Gómez llegó hace dos temporadas al Celta procedente de Defensor Sporting. En sus principios ya apuntaba muy buenas maneras, producto de su gran envergadura física y su potencial atlético Cuando sale de Uruguay, rumbo a Europa, muchos equipos lo querían. Era goleador, pero también tenía otras aptitudes tanto físicas como técnicas que estaban empezando a florecer. Hizo una muy buena primera campaña en Vigo, haciendo muchos goles, pero también colaborando en ellos, ayudando a que goleen otros compañeros.

Posee una gran capacidad goleadora, de remate, tanto de cabeza como con los pies. Su virtud fundamental es la ubicación dentro del área, pero le ha agregado una gran cantidad de cosas a nivel técnico y táctico. Por ejemplo, a nivel técnico es un futbolista que perfectamente puede enganchar con el segundo punta, perfectamente puede tirar una pared con los volantes externos. A nivel táctico, hace un gran desgaste en la transición defensiva, colaborando con la marca de los mediocentros rivales. Un detalle muy importante para el fútbol actual es que también domina el balón parado en contra; es el futbolista que marca zonalmente el palo corto, para poder despejar inmeditamente el balón cuando viene de los córners. A nivel táctico ofensivo, su trabajo pasa por fijar a los dos centrales del equipo rival para que el segundo punta (Rodrigo o Gameiro) cree esos circuitos y cree esos pasillos tirando desmarques para atraer a los laterales rivales, para que Maxi apuntale la zona de remate, que es el centro del área, donde más cómodo se siente.

Es un futbolista que allá donde le levanten buenos centros hará goles porque tiene un don, un remate de cabeza formidable. Además, tiene un doble ritmo que lo hace muy difícil de parar producto de su gran tamaño y potencia de gemelo; eso lleva a que no sólo utilice su poder de brazo sino también su poder de piernas. A nivel táctico ofensivo, también genera muchísimas faltas al borde del área para que Parejo, que es el especialista, aproveche esas situaciones ofensivas que tanto daño hacen a los rivales. Es un futbolista que está los 90 minutos, descuento incluido, ejerciendo un desgaste tremendo; eso ya lo trae de serie, ese es el ADN uruguayo, el gen que el futbolista trae de nacimiento. Eso lo lleva a liderar la primera línea de presión y a que ningún central del campeonato español se sienta cómodo con un delantero de esa envergadura y aplicando esa presión tan cercana. Es indispensable en el Valencia porque no hay un jugador de las características en el equipo.