Cuando ya conocíamos el proyecto de la FIFA de hacer un campeonato del mundo de clubes, que comenzará en su nuevo formato en junio de 2021 (del 17 de junio al 4 de julio, en principio) en Shanghai, y está en proyecto esa nueva "liga de campeones" de la UEFA que, en un a modo de la Euroliga de baloncesto, podría permitir a los "grandes" de estar siempre en la misma, aparece otra posible competición.

Esta no es sino una "pre-Champions League", que tiene el visto bueno de la UEFA, gran competidor de FIFA, y de la CONMEBOL, con su presidente Domínguez que parece tener visos de querer escalar posiciones en el fútbol mundial€ La idea sería la de crear un nuevo formato en esa competición internacional que se juega en Estados Unidos mayormente, durante la pretemporada y que permite que haya partidos amistosos con un "título" veraniego que parezca menos pachanga que los que tradicionalmente se disputan en todo el mundo y, sobre todo en España, gran creadora de los mismos.

Detrás de todo eso está una guerra de poder, ya que el campeonato del mundo de clubes de la FIFA parece asustar a la UEFA que teme por su Champions League y que el cambio de 8 a 25 equipos la haga crecer en demasía, perdiendo la liga de campeones potencial deportivo y, sobre todo, no nos equivoquemos, económico.

Además de eso, que parece obvia a primera vista, está la enemistad-amistad de Ceferín, mandamás de UEFA, con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, a la que se une, sorprendentemente, la de Domínguez, el presidente de la CONMEBOL, que interviene en esa dicotomía, creando un trío, porque ha declarado, nada menos que en el Financial Times, periódico serio y sesudo donde los haya, que "si bien no está contra el campeonato mundial de clubes de la FIFA", si tiene "serias reservas sobre su potencial económico y sus beneficios".

Obviamente, los beneficios para sus clubes, los sudamericanos. Por ello, la aproximación (muy) reciente de la UEFA y de la CONMEBOL, con encuentros entre sus presidentes, ha llevado a esa idea de otra competición (medio oficial pero con visos de serlo más) que no sería otra que la vuelta a una copa intercontinental entre Sudamérica y Europa, retomando la vieja historia pero agregándolo más clubes.

Se aprovecharía esa semi-oficial "copa internacional" que se disputa en verano y que, claramente, entra en competición con la de FIFA. Porque, si del 17 de junio al 4 de julio se debería jugar en Shanghai ese campeonato del mundo de clubes de FIFA, con unas vacaciones en julio, ya en agosto de 2021, como pretemporada, estaríamos asistiendo, casi sin solución de continuidad, a otra "gran" manifestación futbolística.

Aparte de esas peleas de gallos, ¿está el aficionado preparada para tanto? En fin, que hay mucho en juego y diría que más que deportivamente, económicamente y, por ende, el intento de dominar el poder en el fútbol. Desde la barrera, pero como sufridor indirecto al ser aficionado, me quedo recomendando una serie de Netflix, "Puerta 7", de factoría argentina, sobre el fútbol y las barras bravas, eso sí, con equipos ficticios, no se vayan a enfadar los de verdad€

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