Confianza. Ese es, sin duda, el preciado botín de un partido equilibrado donde el Valencia CF encontró una victoria extremadamente importante gracias a la inspiración deValencia CF Kang In Este 2-1 ante el Valladolid vale oro puro para sumar y recargar las pilas de la moral con vistas a las últimas fechas de la Liga, esos tres partidos en los que el equipo, por lo menos, tiene que dejar al club en la Europa League. Aparte del jovencito surcoreano, las aportaciones del músculo de Kondogbia, un Parejo más activo y el olfato de Maxi Gómez invitan al optimismo en la recta final. De vueltas a Kang In, el chico es puro talento. Espectacular. Durante la temporada, aunque poco, lo vimos irregular. No se sabe exactamente en qué posición puede deslumbrar más, pero su capacidad técnica y capacidad para definir son indudables. Engañó a todos, incluidos sus compañeros, para poner el balón donde quiso. Al palo corto.

Para comenzar una primera parte ligeramente más digna que en ocasiones pasadas, la pareja Parejo-Kondogbia estuvo bastante más activa. En especial, Kondogbia. La presencia y la fuerza del centroafricano resultaron determinantes para que el Valencia se mantuviera compitiendo el duelo en todo momento. Un error sistémico fue dejar demasiado libres a los mediocentros pucelanos entre el abismo reinante entre Gameiro y Maxi y la dupla Kondogbia-Parejo. El equipo, además, sigue necesitando más desdobles por banda y lanzar los centros a tres cuartos de altura, no en la línea de fondo. Durante gran parte de la tarde sufrimos de un fútbol sin profundidad y excesivamente horizontal.

Afortunadamente, la efectividad y el acierto ha vuelto a aliarse con el Valencia. Los tantos del triunfo fueron radicalmente distintos. El primero una acción notable de equipo. El segundo, la demostración de una genialidad. Maxi lo necesitaba como el comer, sacó tajada a un error en la salida del Valladolid con la pelota y al gran movimiento de Gameiro entre la defensa y el posterior centro del pequeño galo. Maxi estuvo donde debe estar. La autoestima crece o decrece con goles, y así se volvió a ver tras el 1-1 del Valladolid. Quien falló esta vez fue la línea defensiva del Valencia, que se durmió a la hora de reducir espacio. Mala noticia para Diakhaby, que sigue con la confianza por el suelo. Reinó la impaciencia y el ritmo lo marcó el conjunto pucelano, al que le servía un único punto. El escenario volvía a ser complicado, había que proponer, inventar y revolucionar... y Kang In salió para hacerlo.

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