Tengo una sensación agridulce con lo que fue este partido. El Valencia regaló los primeros 45 minutos y hay que hacerse muchas preguntas. ¿Cuál fue el motivo? ¿El objetivo era estar atrás para hacer correr a Gayà, Musah y Guedes o realmente el ímpetu del Elche -con ese planteamiento ofensivo, con su fútbol posicional- llevó al Valencia a quedar replegado en su campo? Quiero creer que el Valencia real es el que vimos en la segunda parte, ese fue el equipo dominante, el equipo que tiene que volver a ser. Pese a todo, tampoco hubo mucha lucidez en bloque alto, probablemente porque faltaba Maxi. Probablemente también por los problemas en el andamiaje en el pasillo central; falta ese jugador capaz de dar pases filtrados, capaz de manejar al equipo con criterio. Sigue fallando, sigue faltando. Me quedo con la segunda parte, pero se perdió y se regaló un tiempo dando un nivel que no se puede dar en LaLiga.

La línea a seguir es clara: la primera parte. El Valencia se hizo grande, avanzó 15 metros, presionando, generando errores, con seis o siete futbolistas en campo contrario, aprovechando las bandas, con Thierry por derecha, con Gayà llegando -¿por qué no lo hizo así desde el principio?- También se habló de seguir una línea de mejora tras Villarreal que no se vio en la puesta en escena. Los resultados van a llegar pero en hay mucho que cambiar de manera urgente. El gol de Lato llegó con un buen pase filtrado, vertical, superando líneas de Elche, con el error del externo derecho, que se quedó colgado y rompió fuera de juego. Fue un desajuste, aprovechado por Kang In. Es básico activar los costados.

Almirón impuso su plan de partido. Invitó al Valencia a jugar por dentro, consciente de que no tiene ese jugador de criterio. Está Sóler, pero es su segunda titularidad ahí. Después, le tapó las bandas. Para el futbol del Valencia en 4-4-2 es importante ganar amplitud y pasó al revés. El Elche le hizo el embudo. Con ese dispositivo táctico (3-4-2-1) jugó a su ritmo, con la posición de Marcone. El 2-0 llegó desde la presión, con una pérdida de Soler en una zona muy muy peligrosa. El Elche demostró que lo tiene claro: cuando tiene que replegar, repliega (reduce espacios); cuando tiene que presionar tras pérdida en bloque alto, presiona; y cuando tiene que dar amplitud, lo hace. Hizo un fútbol posicional muy bueno en la primera parte, con mucho movimiento en el pasillo central con ese tercer hombre para dar el vértice para descongestionar fútbol, con los bandas llegando. Lo que no tuvo el Valencia.