Cuesta una vez más entender las razones por las que el Valencia CF regaló cuarenta y cinco minutos a un rival claramente inferior. En un inicio calcado al de Elche, se dejó amedrentar hasta el vapuleo para luego, como por arte de magia, darle la vuelta al calcetín de una manera tan completa que falló ocasiones clarísimas para haber embolsado los tres puntos. Ningún valencianista se fue a dormir satisfecho: en Vitoria se perdieron dos puntos.

Por qué

Esa es la gran pregunta. Puede tener que ver con que es este un equipo en construcción que no sabe salir a aguantar el resultado, que es lo que parece que a su entrenador le pide el cuerpo. La disposición ultraconservadora ya castigó al equipo en Elche y anoche volvió a pasar lo mismo. Son dos campos donde el Valencia tiene que salir a mandar y lo que sale es a pasearse hasta que le clavan las banderillas. El Alavés, con un entrenador pleistocénico, se vio con dos goles de ventaja a base de picar en hierro frío, que es el único fútbol que sabe proponer. En el segundo acto se vieron sus muchas carencias y lo absurdo de salir a enfrentarlo con las velas recogidas.

Señalados

Dos futbolistas quedaron muy señalados en una primera media hora bochornosa. El primero, Soler. Lo hemos visto ya por TV denunciar falta de actitud, pero en Mendizorroza fue el primero en no predicar con el ejemplo. Pierna blanda, trote cochinero, una entrega suya sin ninguna tensión dio origen al contraataque que terminó en el penalti de Guillamón. Queda más retratado, si cabe, el organizador del Valencia cuando se compara su tibieza inicial con la impetuosidad de Racic Desde el minuto uno, Carlos. Que tome nota Soler, porque ese no es el camino. Por otro lado, tampoco tuvo un inicio muy fino Guillamón. Alguna imprecisión grave y un penalti en el que no jugó bien sus cartas. Errores de principiante. Luego se vino arriba y hasta marcó un buen gol.

Gameiro

Un fallo clamoroso, solo ante el portero, y otro mano a mano que, aunque desde el ángulo, bien pudo haber transformado, nos darían un resumen un tanto distorsionado de la actuación del francés. Denostado por muchos, demostró sin embargo que está muy vivo. En el juego de combinación rápida en la frontal, imprescindible para abrir espacios ante equipos rocosos como el Alavés, GameiroPero ahí hay un futbolista más que aprovechable, que conserva la rapidez y la habilidad que lo trajeron aquí.

Vallejo

Cuando lo ponen de inicio no suele marcar diferencias, quizás porque se cansa a la par que sus rivales y no puede imponer su chispa. Desde el banquillo ha tenido siempre sus mejores actuaciones y esta vez se volvió a notar su presencia. Una buena alternativa para cuando a Kang In se le acaba la gasolina.

Guedes

Su entrenador puede durante los próximos mil años poner a Cheryshev antes que a CheryshevGuedes Sólo demostrará que, como a tantos otros, el puesto que ocupa le tocó en una tómbola. Que, a pesar de ello, todavía se considere agraviado solo da muestra de lo increíble que es este negocio. Welcome to Valencia.

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