Con un once de circunstancias consiguió el Valencia CF aguantar el tipo ante un Valencia CFSevilla El Sevilla sobaba el balón y el Valencia buscaba alguna contra fiando su suerte a Guedes, que volvía a mostrar cierta inspiración. Lo habitual esta aciaga temporada. Todo se fue al garete por una nueva cantada de Doménech. Con apenas un disparo entre los tres palos, los andaluces se fueron de vuelta a casa con los tres pu-tos.

El principio

Poco se pareció el Sevilla a la pandilla circense de Koeman. No atraviesa el mejor momento de la temporada, pero se deja la piel como si no hubiera mañana y no suele perder el sitio en la zona de creación, que los de casa, que juegan como el Logroñés, le cedieron gustosamente. Tocaba el visitante mucho el balón de aquí para allá, prodigaba los centros laterales al área -Navas merece que le pongan un aeropuerto en Andalucía-, pero no acababa de encontrar la tecla. Aunque parezca mentira, una defensa con Diakhaby y DiakhabyMangala. Metidos en las seis yardas, los locales consiguieron transmitir una tranquilidad desacostumbrada. La única ocasión del Valencia en la primera mitad fue la más clara hasta entonces: vistoso contraataque con postrero pase de la muerte de Guedes calcado al del sábado en el Camp Nou que, maldita suerte, cayó como entonces a pies de GuedesCheryshev

La reanudación

Tuvo buenos minutos el Valencia a la vuelta de vestuarios. Dio un paso adelante y llegó a quitarle el dominio al rival. Guedes seguía siendo el más peligroso en el campo, hubo incluso un par de acercamientos meritorios que anunciaban que algo bueno podía pasar. Por añadidura, atrás las cosas seguían igual de controladas por el yogiman y su colega Mouctar. Pero todo se esfumó con los dos cambios que introdujo Javi Gracia. Lejos de aportar energía, Blanco y Musah desconectaron a los suyos. Perdieron casi cada balón que tocaron, desde el primero al último, mostraron unas carencias técnicas notables y pusieron en evidencia la capacidad que tienen algunos entrenadores para estropear lo que está yendo bien. La última media hora fue un monólogo del Sevilla, que estuvo cerca de ampliar la ventaja.

Doménech

Parece llegado el momento de que Doménech pague por sus errores. Parece evidente, porque ya tiene una edad, que por mucho que se esfuerce va a ser incapaz de dar respuesta a esos disparos potentes por arriba que para él son misiles intercontinentales. El que se tragó ayer iba por el medio de la portería y lo habría detenido cualquier chaval de un equipito juvenil autonómico. Llueve sobre mojado. No debería continuar defendiendo la meta del Valencia CF ni un minuto más. El banquillo

La nómina del Valencia en el banquillo es una vergüenza, impropia de este club y del fútbol español. Es cierto que resulta difícil entender que jueguen de carrileros Jason o Blanco antes que Correia, pero el nivel de los recambios es lamentable. Sacar un chaval con calidad de la cantera cada dos o tres años ya es toda una proeza. Intentar que jueguen cuatro a la vez es una majadería. Ante el Sevilla, el equipo aguantó el tipo mientras lo sostuvieron los veteranos. Los chavales lo llevaron al pozo porque sencillamente no dan para más.

No ganan

Y así sigue el Valencia, sin ganarle a nadie y con resultados que habitualmente conducen a la segunda división. Las señales que emiten los futbolistas siguen siendo, con todo, positivas. Pero es lo único a lo que agarrarse porque la falta de calidad en posiciones clave como la portería y el entrenador es desoladora y, como ante el Sevilla, decisiva.

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