Habíamos hablado de lo que Pavel Nedved y Fabio Paratici soltaron a un árbitro en un partido y, ahora, nos encontramos con lo contrario, un árbitro lenguaraz que se salió de madre (nunca mejor dicho, como veremos) y cuyo castigo ha sido que una sentencia que dictó ha sido anulada. Se trata del ex ministro de asuntos exteriores de Italia, Franco Frattini, que fue el presidente del tribunal arbitral del TAS en el caso contra el nadador chino Sun Yang. Este fue considerado culpable de quebrar las reglas antidopaje y sancionado a ocho años sin poder competir, desde el 21 de febrero de 2020, con lo que se perdía los Juegos Olímpicos de Tokio.

Él, que había sido tres veces campeón olímpico, pero también sancionado por violar otra regla antidopaje en 2014, se vía eliminado de cualquier posibilidad de competir, tanto en Tokio como más adelante, ya que con 29 años, su carrera de nadador estaba acabada. Sin embargo, apeló el laudo del TAS ante el Tribunal Federal Suizo, el órgano encargado de velar por la limpieza de las primeras instancias arbitrales, pero siempre con pocas posibilidades de ganar, al estar muy tasadas las distintas posibilidades de recurrir con éxito. Y aquí, el máximo tribunal suizo ha decidido anular el laudo del TAS y, ojo, no dejarlo así sin más, sino reenviarlo para que lo juzguen de nuevo.

Y es que no se trata sino de un caso donde uno de los árbitros, el tal Frattini, ha sido calificado de parcial y, por lo tanto, el laudo ha sido anulado por eso, pero no por las cuestiones de fondo. Recordemos que uno de los guardaespaldas de Yang machacó con un martillo una prueba del nadador, que debía ser controlada. Al dejarla totalmente fuera de juego para que pudiera ser revisada, y al no explicar por qué ocurrió este hecho inverosímil y, desde luego, extraño, le cayeron los ocho años de sanción.

El exministro dio muestras de parcialidad cuando, al comenzar la declaración de la madre del nadador, aquél dijo que «menudo testigo importante, ja, ja...». Esto ha sido visto por el Tribunal Federal como una clara evidencia de su falta de independencia de cara al nadador. Si bien es cierto que, si se hubiera callado, nada de esto habría pasado, su insulto a la mamá de Yang ha derivado en la anulación del laudo. Luego, también se ha recordado que Frattini publicó en 2019 un tweet llamando «monstruo chino amarillo» a una persona de aquél país, que estaba maltratando a un perro. Bien conocido por su trabajo contra la crueldad anti- animal, al italiano se le ha añadido esa frase racista a la de la madre del nadador y, para que no quedara dudas, el Tribunal Federal, le ha calificado de parcial, a la hora de dictar sentencia.

Cada vez más se encuentran situaciones de este tipo y quienes deben juzgar han de ser y parecer, como la mujer del César y hay que recordar que todo lo que se escribe queda y más aún cuando se hace a través de las redes sociales, que nunca olvidan... Racista o no, animalista de pro o exagerado, está claro que sus palabras han permitido uno de los reveses más grandes del TAS. Ahora bien, eso no significa que Yang vaya a ser absuelto. No, el procedimiento se repetirá, con otros árbitros y, sin duda alguna, Yang será condenado de nuevo. El problema es ver si llega la condena antes o después de los Juegos de Tokio. Carrera legal en contraposición con una real, como la que relata la novela de Jean Echenoz, ?Correr?, sobre la vida del enorme atleta Emil Zatopek.

Disfruten y Feliz Año Nuevo (por fin).

Más opiniones de Juan de Dios Crespo.