El Valencia CF Sin duda, una excelente noticia para un equipo al que siempre solía costarle entrar en acción en los 15 primeros minutos. Desde el silbato inicial vimos un bloque protagonista, ambicioso, ofensivo desde los costados con Daniel Wass y José Gayà y sin la necesidad de pisar línea de fondo para centrar balones a Maxi Gómez. Gracias a los desdobles y la verticalidad el Valencia hizo prevalecer los pasillos laterales, una circunstancia clave para hacer efectiva la amplitud. En Valladolid las sociedades funcionaron de maravilla con Correia y Wass en la derecha, y Gaya y Cheryshev en la izquierda.

El conjunto de Javi Gracia hizo un partidazo combinando concentración y activación a partes iguales. Especialmente en esos primeros 45 minutos la reducción de los espacios fue también sensacional, se jugó donde quiso el Valencia, en apenas 25 metros entre la defensa y la delantera. Con los dos laterales en campo rival. Así mismo, el dúo Racic-Soler continúa avanzando en positivo. Nunca estuvo en línea, sino bien escalonado y alternando para interceptar los pases entre líneas de los pucelanos. Fue a la vuelta del descanso cuando el partido cambió ligeramente por la mejor predisposición del Valladolid. De hecho, los locales adelantaron líneas de la mano de algunos errores conceptuales en la entrega del Valencia. Era momento de que Kang In siguiera cubriendo al mediocentro rival para que no distribuyese fácil. El partido se decantó con el golazo de Soler, jugador completo que debe chutar más. Triunfo merecido y muy valioso. Equipo ordenado, dinámico, profundo por los pasillos, reductor de espacios y competitivo. ¡Hoy no hablo de nombres, hablo de equipo!