15/02/2021

Sin agresividad no hay nada que hacer

El talento del Madrid se frena con reducción de espacios y fortaleza física

GONZALO DE LOS SANTOS

A los diez minutos, el partido permitía adivinar lo que estaba por venir. La posesión era toda del Real Madrid mientras el Valencia se agazapaba demasiado atrás, quizá, a la espera de que Guedes, Manu Vallejo y Wass aprovechasen unos espacios que no se encontraron. El talento individual, como el que tienen futbolistas como Benzema, Kroos o GuedesManu VallejoWassModric. Algo que el Valencia no hizo, especialmente, durante la primera mitad. El primero de los dos goles de los blancos nos mostró como la movilidad de Benzema fue una fuente de desorden en la línea defensiva. El principal pecado de los de Gracia se dio en el hecho de no saber tapar el callejón central, allí el Madrid creó conflictos de modo permanente con el juego entre líneas elaborado por el triángulo Casemiro-Modric-Kroos. El Valencia CF. Siempre llegó tarde para abortar los pases del rival madridista.

Más tarde, el 2-0 se tejió como la obra de un gol de equipo de gran calidad. El Madrid llevó la pelota de la derecha a la izquierda. Para los valencianistas volvía a quedar en evidencia la urgencia de solventar de algún modo, por ejemplo, con dos hombres encima, las combinaciones entre Kroos y Modric. Los fueron los creadores de todo el juego. Estaban a sus anchas. A la vuelta de vestuarios, la dinámica resultó parecida, pese a los intentos visitantes de sacar el bloque más arriba y ganar algo de verticalidad con las entradas al campo de Gameiro. La predisposición fue distinta, pero al Madrid le sobraba con dormirlo todo con el balón en los pies. Ahora toca hacer raya y buscar soluciones con lo que hay.