Enigma permanente

Este Valencia es tan raro que ha hecho de Mestalla una fortaleza justo cuando está vacío. Al Granada lo superó con suficiencia y no cerró antes con goleada por no saber concretar arriba. Su supuesto killer, Maxi, tuvo de nuevo una actuación muy decepcionante y en buena medida explica por qué su equipo no marcó dos o tres goles más. Al mérito de generar ese caudal ofensivo ante un rival que no es cualquiera, hay que oponer la versión que da este mismo grupo cuando juega lejos de su estadio ¿Por qué?

La generación de juego

Aunque el partido tuvo muchas claves, lo más evidente fue la superioridad que mostraron Soler y Racic allí donde se inclinan las balanzas. Sobre todo en el primer tiempo, parecieron dos pivotes de equipo grande. Nada que ver, y de ahí quizás la hipérbole, con lo que ofrecieron ante el Levante Wass y Oliva. A veces hay que perder lo que tienes para darte cuenta de su valor real.

El Granada

Dio más facilidades de las que acostumbra y ofreció todos los síntomas de la resaca europea. No deja de ser, con todo, un equipo raro. No apuesta por el fútbol de ataque ni por el defensivo, no juega ni bien ni mal, es difícil destacar a ninguno de sus jugadores, pero siempre acaba compitiendo. El mérito de su entrenador es incuestionable, aunque no parece que superar al Molde sea como para poner a bailar a las cuevas del Sacromonte. El Villarreal se puede plantar en semifinales de la Europa League eliminando a potencias mundiales como Salzburgo y los Dinamos de Kiev y Zagreb. Todo, pues, con una euforia muy contenida, please.

Guedes

Gonzalo volvió a su mejor nivel. Habría que preguntarle cuánto le ha dolido verse fuera de una selección portuguesa en la que lleva varios años siendo el escolta de Ronaldo. Pero este Guedes es sin duda un fuera de serie, una estrella mundial. Esperemos que para su indescifrable espíritu, el verse relegado por engañagradas de manual como Félix en la lista de Portugal sea el acicate que necesita para elevar definitivamente su juego. Es evidente que jugar en el Valencia de Gracia no le motiva por sí solo. A quién sí, por otro lado.

Correia

Llamó la atención la versión contenida, casi estoica, de Correia. Los mensajes que le lleva enviando desde estas páginas Carlos Bosch parece que han hecho mella definitiva y el portugués ha decidido olvidar sus aventuras ofensivas para cuidar de forma casi exclusiva su patio trasero. Está bien, de momento. Pero no olvidemos que con un pico de 35,2 km por hora, Correia es a día de hoy el futbolista más rápido de la Liga. Esa velocidad es el equivalente a raspar los 10 segundos en los 100 metros lisos, algo al alcance de casi nadie. Hubo algún listillo que llegó a decir que tenía una pierna tres centímetros más larga que la otra y resulta que corre más que el mismísimo Vinicius. Ahí hay un superdotado que hay que saber explotar.

Las bromas

A todo esto, Gracia siguió con su habitual comportamiento humorístico. Decidió abandonar el recital táctico de los tres centrales y sentó a Guillamón, el menos malo de los tres. Al kaiser Diakhaby le dio la titularidad después de su demostración de poderío ante el Levante. Ver a este chico golpear la pelota produce hasta dolor físico. En el frente de ataque, puesto que Kang In era de lo poco salvable en los últimos partidos, ante el Granada no jugó más que un cuarto de hora. Y así todo.