Después de Racic y Diakhaby, el Valencia CF va a incorporar a un futbolista absolutamente reconocible para el aficionado a LaLiga. Daniel Wass -el rubito del Celta- tiene una etiqueta diferente. El danés está pensado para potenciar un salto en el centro del campo; interior, mediapunta, mediocentro, extremo y lateral derecho, porque también vale como alternativa para cerrar el flanco derecho de la defensa. Wass es capaz de jugar de casi todo, garantizando un rendimiento mínimo muy aprovechable para un equipo nivel Champions. Su multifuncionalidad ha quedado demostrada en el Celta y se ha hecho evidente en su trayectoria anterior. El danés subraya la mezcla que buscan los técnicos para la plantilla sumando una vía de rendimiento inmediato: el centrocampista está en madurez plena (29 años), conoce todos los rincones del fútbol español -después de tres temporadas- y quedará como un guante en el modelo de Marcelino.

El míster asturiano siempre proyecta el valor de los fichajes utilizando dos criterios -básicos para acotar al máximo el margen de error- enlazados: perfil adaptado a la idea de juego y perfil personal-profesional; cómo va a encajar en el grupo. Wass viene con hambre de competir en un equipo superior y devorar la Liga de Campeones. Por mentalidad, debe enriquecer la competencia interna. Es un jugador de entrenador, de equipo. Su presencia multiplica las opciones, antes y durante los partidos. El danés es uno de esas piezas de pizarra que permiten dar media vuelta a un equipo con un cambio. Wass refuerza la posición de Carlos Soler y Ferran Torres, también la de Parejo y Kondogbia; por banda, podría retroceder al lateral, incluso saltar al sector izquierdo.

Dominar las transiciones

Tendrá que superar un proceso de adaptación. Vigo no es València y el Celta no es el Valencia CF, pero su perfil debe ayudar a amortiguar el salto y acelerar el proceso. Wass es un jugador ideal para hacer de interior (por banda) en el 4-4-2 de Marcelino, también para arrancar como mediocentro, como ocho, mejor que como seis, aunque no es un jugador de naturaleza posicional. Wass tiene idea y vuelta, pulmón y kilómetros. No es un especialista en la destrucción (no es un recuperador), tampoco tiene el fútbol central de un organizador o la fantasía de una figura creativa. No es un extremo, pero sí suma en cada posición y -sobre todo- es un continuador de la jugada estupendo; genera líneas de pase -avanzado o retrasando su posición- y las neutraliza de la misma forma, con inteligencia, visión de la jugada y del espacio, con soluciones prácticas. Por todo eso, por su poder físico (ronda el 180 centímetros de altura) y su despliegue, está destinado a cuajar como refuerzo ideal para el Valencia CF de Marcelino. Daniel Wass domina en el fútbol de transiciones. En el Celta de Berizzo brilló por esa energía para ganar duelos y manejarse en ritmos altos. Pressing continuo, ayuda en la recuperación y lanzar el ataque-combinación rápida. Esa es la clave.

Daniel Wass tiene un poco de todo: apoya en la salida, tiene conducción, tiene desplazamiento para lanzar al equipo y velocidad para avanzar en banda. El danés es polivalencia y también especialidad. El Valencia va a sumar a un llegador magnífico, un chutador de media-larga distancia contrastado y a uno de los mejores especialista a balón parado de España. Tiene un guante en la diestra. Los números son concretos. Wass destaca en asistencias (nueve, el mejor del Celta con Sisto), en disparos desde fuera del área y en pases clave. Está en el top-10 de LaLiga. La suma da forma a un generador de ocasiones superior.